top of page

El Día en que el Cielo Lloró: el Ritual Olvidado de los Santos Inocentes

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 7 minutos
  • 3 Min. de lectura
Cada 28 de diciembre la Iglesia recuerda a los Santos Inocentes… pero casi nadie sabe que ese día existe un ritual antiguo para bendecir a los hijos. Un gesto sencillo, poderoso y olvidado que vuelve a cobrar sentido hoy.
Santos Inocentes
En el silencio de la oración, padres bendicen a sus hijos mientras el cielo parece abrirse sobre ellos. La inocencia protegida, la fe transmitida de generación en generación y el eco eterno de los Santos Inocentes, que siguen velando por los más pequeños del mundo.

El 28 de diciembre, la Iglesia recuerda uno de los episodios más desgarradores —y a la vez más misteriosos— del Evangelio: la matanza de los Santos Inocentes. Niños asesinados por orden de Herodes, no por culpa propia, sino por el miedo de un rey que temblaba ante el nacimiento del Mesías.


Pero lo que pocos saben es que este día esconde un rito antiguo, casi secreto, que durante siglos se practicó en hogares cristianos… y que hoy muy pocos recuerdan.


Se trata de la bendición de los hijos, conocida en el mundo anglosajón como Childermas.



Los primeros mártires de Cristo

Los Santos Inocentes son considerados los primeros mártires de la Iglesia. No hablaron. No predicaron. No eligieron morir. Pero murieron en lugar de Cristo. Y por eso, la tradición cristiana los venera como testigos silenciosos del nacimiento del Salvador.


Mientras José huía a Egipto con María y el Niño, Belén se teñía de sangre. Aquella tragedia quedó grabada en la memoria de la Iglesia como un recordatorio brutal del odio del mundo… y de la fragilidad de la vida.


casa betania

El rito oculto que casi nadie practica hoy

Durante siglos, el 28 de diciembre fue el día en que los padres bendecían solemnemente a sus hijos. No era un gesto simbólico: era una oración poderosa.


Con agua bendita, el padre o la madre trazaban una cruz en la frente del niño y decían: “Que Dios te bendiga y te guarde. Que Él proteja tu mente y tu corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.


La Iglesia siempre enseñó que los padres tienen autoridad espiritual para bendecir a sus hijos. No reemplaza a un sacerdote, pero protege, consuela y consagra.



Un día de dolor… y de esperanza

La liturgia de los Santos Inocentes no es lúgubre. Es misteriosa. Celebra que incluso el sufrimiento más injusto puede transformarse en gloria. Que la vida no termina en la violencia. Que Dios protege a los pequeños.


Por eso, muchos hogares rezan este día una antigua oración que pide a los Santos Inocentes interceder por los niños, por los no nacidos, por los que sufren, por los que no tienen voz:

"¡Oh, santos Inocentes, benditos Niños, primeros mártires de Jesucristo, Rey de los mártires, qué vida tan brillante se ganó con esa muerte tan aguda!


Hermosos pequeños mártires del santo Niño, sus ojos pronto se cerraron a las oscuras brumas de la tierra, para abrirse a glorias indecibles.


Amargo y corto el camino, pero ¡oh, qué dulce el final! ¡Qué dulce haber muerto por Aquel que vino a dar su vida por ustedes!


Rueguen por mí, ustedes, inmaculados, ante el Trono,para que yo también, indigno y descarriado como soy,pueda estar con los que siguen al Cordero dondequiera que vaya.

Santísimo Niño Jesús, salva a tus hijos."



Un gesto simple que puede cambiarlo todo

En un mundo donde la infancia vuelve a ser herida por la guerra, el abandono y el egoísmo, la Iglesia propone un gesto silencioso, profundo y poderoso:

👉 Bendecir a los hijos.

👉 Encomendar su vida a Dios.

👉 Recordar que ningún niño es invisible para el Cielo.


Mañana, cuando el calendario marque el Día de los Santos Inocentes, quizás no sea una broma más. Quizás sea el momento de recuperar un rito olvidado… y devolverle a la Navidad su sentido más puro.

El Día en que el Cielo Lloró: el Ritual Olvidado de los Santos Inocentes

El Día en que el Cielo Lloró: el Ritual Olvidado de los Santos Inocentes



📖También te puede interesar:





bottom of page