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El Carpintero que se Casó con la Catedral: Amor, Fe y Renacimiento en Notre Dame

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 4 días
  • 2 Min. de lectura
Bajo las bóvedas que ayudó a reconstruir, un carpintero francés se casó en la catedral que el fuego quiso destruir. Cinco años después del incendio, Notre Dame volvió a ser escenario de amor, fe y resurrección. Una boda que hizo llorar a París.
 Notre Dame
El carpintero que reconstruyó Notre Dame contrajo matrimonió en la catedral que renació de las cenizas.

Cinco años después del incendio que paralizó al mundo, las campanas de Notre Dame volvieron a sonar… no por tragedia, sino por amor. Entre las piedras que el fuego quiso destruir, un carpintero francés selló su unión con la mujer de su vida.


Martin Lorentz, uno de los artesanos que dedicó su juventud a reconstruir la catedral parisina, se casó en el mismo templo que ayudó a levantar con sus manos. El sábado 25 de octubre, bajo los arcos góticos que él mismo talló y ensambló, dijo “sí” frente al altar que renació del humo.


 Notre Dame
Cuando la casa de Dios ardió. La catedral de Notre-Dame de París fue devastada por un incendió en abril de 2019.

Queríamos compartir nuestro amor con todos. Es el día más hermoso de nuestra vida”, confesó el carpintero con los ojos brillando. Lo acompañaba Jade, su ahora esposa, que lo vio dejarse el alma durante años en la restauración de la famosa “charpente”, el esqueleto de madera medieval devorado por las llamas.


Notre Dame
Sellaron su amor ante Dios y los frescos e imágenes que pudieron recuperar de la catedral histórica de la capital francesa.

La ceremonia fue autorizada de forma excepcional por el arzobispo de París, Mons. Laurent Ulrich. “Martin, la conocías desde arriba —le dijo el sacerdote—, y hoy estás aquí abajo, frente al altar”. Esa frase lo resumió todo: el paso del obrero al esposo, del andamio al amor.

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A la salida, sus compañeros de obra formaron un túnel de honor levantando hachas y lágrimas. Afuera, los turistas aplaudían y lloraban. Era el símbolo perfecto de un país que resucita, de una fe que se reconstruye y de una historia que demuestra que Dios sabe escribir belleza sobre las cenizas.


Las campanas de Notre Dame, que callaron en 2019, repicaron ahora por un matrimonio. No solo un hombre se casó con su esposa: un artesano se unió para siempre a la catedral que salvó.



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