Duarte Ortellado: El Sacerdote Paraguayo que Inicia el Camino a los Altares
- Canal Vida

- 16 sept
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La Iglesia en el país guaraní vive un momento histórico: el Vaticano abrió el proceso de canonización del padre Julio César Duarte Ortellado. El humilde sacerdote, fallecido en 1943, podría convertirse en el primer santo netamente paraguayo. ¿Qué pasos faltan para llegar a los altares?

La Iglesia paraguaya vive un día histórico: el Vaticano abrió oficialmente los documentos del proceso de canonización del padre Julio César Duarte Ortellado, más conocido como el pa’i Julio.
Con este paso solemne, su nombre entra en la lista de los que la Iglesia reconoce como siervos de Dios. A partir de ahora, la vida y las virtudes heroicas del sacerdote serán examinadas minuciosamente por teólogos y expertos, en un camino que podría culminar en su canonización.

PASTOR Y MÁRTIR DEL SILENCIO
Nacido en 1906, Duarte Ortellado dedicó su corta vida —apenas 37 años— al servicio del Evangelio y a los más pobres. Fue un sacerdote austero, desprendido y cercano al pueblo, cuya fama de santidad comenzó a crecer inmediatamente después de su muerte, ocurrida en 1943, probablemente a causa del tifus contraído al visitar a un soldado enfermo.
Los testimonios recogidos durante más de una década describen a un hombre que vivía en austeridad voluntaria, con una fe ardiente y una entrega sin reservas. Sus homilías y gestos pastorales quedaron grabados en la memoria de comunidades enteras de Paraguarí y Caazapá, que nunca dejaron de invocarlo como intercesor.

UN PROCESO LARGO Y MISTERIOSO
La causa de canonización comenzó en 2009 en Paraguay. Durante años, obispos, fieles y especialistas recogieron cartas, homilías, escritos inéditos y testimonios de personas que lo conocieron.
Todo ese material, más de 2.500 folios, fue remitido al Vaticano y abierto en septiembre de este año en el Dicasterio de las Causas de los Santos.
El proceso sigue cuatro grandes etapas:
Siervo de Dios: título que recibe tras la apertura oficial de la causa.
Venerable: reconocimiento de sus virtudes heroicas.
Beato: requiere la comprobación de un milagro atribuido a su intercesión.
Santo: se exige un segundo milagro confirmado científicamente.

EL PUEBLO YA LO SIENTE SANTO
En Roma, acompañaron la apertura la embajadora paraguaya ante la Santa Sede, Romina Taboada, y los obispos Osmar López y Marcelo Benítez. Fray Marcelo Enrique Méndez, postulador de la causa, destacó que “este es un camino de gracia y esperanza que podría convertir al pa’i Julio en el primer santo netamente paraguayo reconocido por la Iglesia universal”.
La noticia sacudió la fe popular. Para muchos, Duarte Ortellado ya es un "santo" del pueblo: un pastor que entregó su vida por los humildes y que ahora la Iglesia examina con lupa para confirmar lo que la gente cree desde hace 80 años.

MÁS QUE UN PROCESO, UN GRITO DE FE
La canonización del pa’i Julio no es solo un trámite jurídico: es un signo de que la santidad nace en la vida cotidiana, en el servicio silencioso y en el sacrificio por los demás. En un mundo desgarrado por la guerra y la indiferencia, su ejemplo resuena como un llamado a la esperanza.
Como dijo el Papa León XIV al abrir este tiempo jubilar: “El don recibido no es para ustedes mismos, sino para servir al Evangelio”. La vida de Duarte Ortellado encarna esas palabras, y ahora su causa avanza con fuerza en el Vaticano.
El pueblo paraguayo ya lo siente cerca. ¿Será proclamado santo de la Iglesia universal? El tiempo y los milagros lo dirán, pero el fervor ya encendió el corazón de los fieles.









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