Redescubrir la Verdad Olvidada del Adviento: Lo que Casi Nadie Recuerda a 9 Días de la Nochebuena
- Canal Vida
- hace 4 horas
- 3 Min. de lectura
Faltan solo 9 días para la Nochebuena y algo esencial se perdió en el camino. El Adviento ya no se vive: se tapa con ruido, luces y consumo. Esta es la verdad olvidada que incomoda… y que todavía puede cambiarlo todo.

Faltan solo nueve días para la Nochebuena. Las calles brillan, las vidrieras estallan de luces, las mesas se planifican y los regalos ya están envueltos. Pero mientras todo acelera, algo esencial se ha perdido. Algo que la Iglesia siempre custodió… y que hoy casi nadie recuerda: la verdad profunda del Adviento.
NO ES LA “ANTESALA DE LA FIESTA”
El Adviento no nació para preparar el menú ni para adelantar villancicos. Nació como un tiempo de espera tensa, casi incómoda. Un tiempo que no anestesia, sino que despierta. La palabra misma lo dice: adventus, llegada. Pero no una llegada decorativa, sino la irrupción de Dios en la historia humana.
El Adviento no es dulce. Es esperanza en medio de la oscuridad. Por eso la liturgia no canta todavía la gloria completa, por eso el color no es festivo, por eso la Iglesia pide silencio, vigilancia y conversión.

DIOS VIENE… ¿O LO ESTAMOS TAPANDO?
La verdad olvidada del Adviento es esta: Dios viene a un mundo herido, no a uno ordenado. Viene a corazones rotos, no a mesas perfectas. Pero hoy hemos reemplazado esa espera por ruido, consumo y ansiedad.
Encendemos luces, pero apagamos la espera. Decoramos todo, menos el alma. Y entonces el Adviento se convierte en un simple conteo regresivo comercial, cuando en realidad es un examen interior brutal: ¿Estoy esperando a Cristo… o solo a que termine el año?
JUAN EL BAUTISTA: LA VOZ QUE MOLESTA
A nueve días de Navidad, la liturgia nos vuelve a poner delante a Juan el Bautista. No es casual. Juan no suaviza el mensaje. No dice “todo está bien”. Dice: “Prepárense”. Y prepararse implica cambiar, limpiar, enderezar.
El Adviento auténtico incomoda, porque nos recuerda que Dios no viene a confirmar nuestras comodidades, sino a salvarnos. Y salvar implica reconocer que algo está mal.

LA ESPERA QUE SALVA
María es el gran ícono del Adviento. No entendió todo. No tuvo certezas humanas. Pero esperó confiando. Guardó silencio. Dio espacio a Dios. Mientras el mundo gritaba, ella escuchó.
Esa es la verdad olvidada: el Adviento no se corre, se habita. No se llena, se vacía. No se acelera, se profundiza.
A 9 DÍAS DE NAVIDAD, TODAVÍA HAY TIEMPO
Todavía hay tiempo para apagar un poco el ruido. Para rezar sin apuro. Para reconciliarse. Para encender una vela… no como adorno, sino como súplica. Para volver a preguntar: ¿Qué lugar real tiene Jesús en mi Navidad?
Porque si el Adviento se pierde, la Navidad se vacía. Y el pesebre se convierte en decoración, no en misterio.
Redescubrir el Adviento hoy es un acto casi revolucionario. Es elegir esperar de verdad, cuando todo empuja a consumir. Y quizás, solo quizás, así la Nochebuena vuelva a ser lo que siempre fue: la noche en que Dios encuentra un corazón abierto donde nacer.
Redescubrir la Verdad Olvidada del Adviento: Lo que Casi Nadie Recuerda a 9 Días de la Nochebuena
Redescubrir la Verdad Olvidada del Adviento: Lo que Casi Nadie Recuerda a 9 Días de la Nochebuena





