Treinta y cinco años después de su paso a la eternidad, Teresa de Calcuta dejó un legado importante: amar a los más vulnerables entre los vulnerables. Su dolor por los necesitados la llevó a fundar una congregación. Historia de una santa con "noche oscura de alma".
Agnes Gonxha Bojaxhiu nació en el seno de una familia católica albanesa.
Ayudar a los más pobres entre pobres. Con ese lema transitó parte de su vida santa Teresa de Calcuta, que pasó a la eternidad el 5 de septiembre de 1997.
Hoy, día de su memoria litúrgica, en Calcuta (India), donde las misioneras tienen 19 casas, la celebración es grande y se acompaña con la inauguración de una nueva estructura para niños de la calle en la céntrica Park Street. También se abrirán las puertas para la misa y el homenaje ante la tumba de la santa, mientras que en todo el país habrá ceremonias para recordarla.
Durante casi dos décadas ejerció como maestra en la St. Mary's High School de Calcuta.
COMIENZOS
Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, actualmente Macedonia. Era la menor de los hijos y recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes.
Cuando tenía 8 años de edad, la muerte de su padre dejó a la familia en una gran estrechez financiera y fueron asistidos por la parroquia jesuita del Sagrado Corazón.
“Un sacrificio, para ser verdadero, tiene que costar, tiene que doler, tiene que vaciarnos de nosotros mismos.”
VIDA CONSAGRADA
A los 18 años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda, donde recibió el nombre de hermana María Teresa (por santa Teresa de Lisieux).
La "dolorosa noche" o "noche oscura del alma" comenzó cuando inició su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida. La condujo a una profunda unión con Dios.
El 24 de mayo de 1937, la hermana Teresa hizo su profesión perpetua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”.
Desde ese momento se la llamó Madre Teresa e ingresó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944.
"El fruto del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz.”
LLAMADA DENTRO DE LA LLAMADA
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”.
Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida.
Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, le pidió a Madre Teresa que fundara una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres.
“Cuando un pobre muere de hambre, no sucede porque a Dios no le importe él o ella. Sucede porque ni tú ni yo dimos a esa persona lo que necesitaba.”
Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que ella recibiese el permiso para comenzar.
El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.
Madre Teresa de Calcuta y Lady Di.
NUEVA CONGREGACIÓN
El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la arquidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad.
Al inicio de los ‘70, Madre Teresa comenzó a enviar a sus hermanas a otras partes de la India. El Decreto de Alabanza, concedido por el papa Pablo VI a la congregación en febrero de 1965, la animó a abrir una casa en Venezuela.
Esta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes.
Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años 90, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
OTRAS FUNDACIONES
Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad.
Sin embargo, su inspiración no se limitó solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, que inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos.
La "noche oscura del alma" fue un período de duda espiritual, desesperación y soledad que le duro casi 50 años.
En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal “Corpus Christi” como un pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.
MUNDIALMENTE RECONOCIDA
Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra.
NOCHE OSCURA EN SU ALMA
Oculta a todas las miradas, oculta incluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la experiencia a la que ella misma llamó “noche oscura del alma”, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, conduciendo a Madre Teresa a una siempre más profunda unión con Dios.
En 1997 las hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin.
BEATIFICACIÓN
San Juan Pablo II la proclamó beata en 2003 ante la atenta mirada de 300.000 personas en la plaza de San Pedro. Si bien la beatificación ya había sido considerada con su muerte, fue en 1998 cuando un suceso inexplicable se la otorgó casi automáticamente.
Mónica Besra, que tenía un tumor en el abdomen, sanó el 5 de septiembre de ese mismo año después de que una de las hermanas que la cuidaba colocase sobre su abdomen una imagen de la
Virgen María, que antes había estado sobre la túnica de la Madre Teresa.
MILAGRO DE CANONIZACIÓN
Aunque la comunidad cristiana afirma que fueron muchos los milagros que realizó la monja albanesa, el hecho que finalmente elevó a los altares a santa Teresa fue un prodigio de 2008 cuando un hombre brasileño, que se encontraba en fase terminal por graves problemas cerebrales, salvó su vida por la intercesión de la fundadora de la Misioneras de la Caridad, después de que su mujer se lo pidiera.
Al regresar al quirófano, según recoge el diario “Avvenire”, el doctor que le trataba se encontró al paciente sentado, asintomático, despierto, perfectamente consciente y preguntándose qué hacía ahí.
El médico explicó durante la fase de estudio del milagro que no vio “nunca un caso como este” y que todos los pacientes similares que había tratado en sus 17 años de profesión fallecieron.
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