La Semilla de Dios No Se Rinde: León XIV y la Parábola que Hace Temblar al Mundo
- Canal Vida
- 21 may
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En su primera audiencia general ante una plaza San Pedro repleta de fieles, el Papa lanzó una catequesis que no dejó indiferente a nadie. No habló de reformas ni de estructuras. Habló de lo esencial: del alma. Y lo hizo con una parábola que hinca como una espada: la del sembrador.

¡La semilla se lanza… aunque no haya tierra! Ante decenas de miles de personas, en una mañana luminosa que parecía pintada por el mismo Van Gogh que inspiró sus palabras, León XIV retomó el ciclo de catequesis iniciado por su predecesor, Francisco. Pero no fue una continuación pasiva. Fue un grito de esperanza sembrado con fuerza, como la misma palabra de Dios.
“Si no sos buena tierra, no te asustes. Dios sigue sembrando igual. Porque su esperanza no depende de tu perfección… sino de su amor obstinado.” (León XIV)
El Papa no eligió una imagen suave ni una anécdota de escritorio. Eligió una de las parábolas más provocadoras del Evangelio: la del sembrador. Y la usó como espejo para nuestras vidas.
“Dios lanza la semilla de su Palabra incluso en corazones rotos, secos, endurecidos”, dijo con firmeza. Y no se trató de una frase para el aplauso. Fue una declaración de guerra contra la desesperanza, contra la idea de que solo los “aptos” pueden ser tocados por la gracia.

UN DIOS QUE "DERROCHA" SU AMOR EN TERRENOS IMPOSIBLES
“El sembrador no calcula. No elige solo tierra fértil. Él siembra también sobre el camino, entre piedras, entre espinas”, remarcó León XIV.
Y allí reveló el núcleo de su mensaje: “Así ama Dios. No espera que seas perfecto para hablarte. Te lanza su Palabra incluso cuando te alejaste, te cerraste o te rompiste”.
Fue más que una catequesis. Fue un golpe de misericordia en tiempos de meritocracia espiritual. Fue la certeza de que Dios no se rinde.

EL PAPA QUE PREDICA COMO JESÚS: CON FUEGO Y PREGUNTAS
Como en los tiempos del Maestro de Galilea, León XIV no se contentó con explicar. Lanzó interrogantes directos que hicieron temblar a muchos corazones:
🔹“¿Dónde estás vos en esta historia?”
🔹 “¿Qué tipo de tierra sos hoy?”
🔹 “¿Estás dejando que la Palabra florezca o la estás ahogando con tus miedos?”
Y luego, la estocada final:
🔹 “Jesús es la semilla. Para dar fruto… se dejó enterrar. Murió. Y lo hizo por vos”.

VAN GOGH, EL TRIGO Y EL SOL QUE NO ABANDONA
León XIV sorprendió también al citar a Van Gogh. “El sembrador bajo el sol abrasador” —dijo— “es una imagen del sacrificio, del esfuerzo… pero también de la esperanza”. En ese cuadro, lo más importante no es el hombre, sino el sol: símbolo de un Dios que, incluso cuando no lo vemos, sigue haciendo madurar lo que sembró.

UNA CATEQUESIS QUE INCOMODA... PORQUE TRANSFORMA
Mientras algunos esperaban definiciones políticas, críticas internas o recetas eclesiales, el nuevo Papa predicó desde lo eterno: el alma, el pecado, la gracia, la esperanza. Y con eso tocó lo más profundo de miles. “Dios no espera a que seas perfecto para amarte… y eso debería cambiarnos todo”, repitió.

UN MENSAJE PARA LOS ROTOS, LOS TIBIOS, LOS HERIDOS
A los que se creen tierra seca. A los que sienten que ya no hay nada que pueda crecer en su vida. A los que dejaron de rezar. A los que no se sienten dignos.
Esta parábola es para ellos. Y León XIV, desde el corazón de la Iglesia, les gritó hoy con fuerza: “No estás perdido. Dios ya sembró en vos. Y lo va a seguir haciendo”.
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