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La Puerta que se Cierra Antes del Milagro: Cuando Dios Parece Llegar Tarde

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 1 hora
  • 3 Min. de lectura
Cuando todo parece perdido y el tiempo se agota, la fe entra en su prueba más dura. El 19 de diciembre no es casual: es el día en que la puerta parece cerrarse… y Dios suele actuar en silencio.
Siempre Dios esta y abre la puerta
Cuando todo parece perdido, cuando no das más, Dios está y la puerta siempre se abre... Se puede perder todo, renegar de todo, pero jamás dejar la fe de lado.

El 19 de diciembre tiene un peso que casi nadie nombra. No es todavía Navidad. Ya no es Adviento “temprano”. Es ese día incómodo en el que muchos sienten que ya no llegan. Que el año se les fue. Que la respuesta no vino. Que la puerta se cerró.


Es el día del “ya está”. El día del “no pasó”. El día en que la fe empieza a doler.

Y, sin embargo, es exactamente ahí donde Dios suele actuar.







Cuando ya no hay margen humano

La Biblia no es un libro de soluciones rápidas. Es un libro de esperas insoportables. De silencios. De puertas cerradas justo antes del milagro.


María ya estaba embarazada cuando nadie lo entendía. José ya había decidido irse en silencio. Isabel ya era vieja cuando concibió. Los pastores ya estaban en la noche cuando apareció el anuncio. Dios no llega temprano. Llega cuando parece tarde.


Ese patrón se repite una y otra vez en la historia de la salvación. Y no es casual.



María: cuando la promesa pesa más que el cuerpo

Para el 19 de diciembre, María estaba en la etapa más dura del embarazo. No había señales visibles de gloria. No había ángeles cantando. No había alivio. Solo cansancio, miedo y silencio.


La promesa ya estaba cumplida… pero todavía no se veía nada. Ese es el momento más difícil de la fe: cuando Dios ya actuó, pero la vida todavía no cambió.


María no recibió una explicación extra. No recibió garantías. No recibió fechas. Solo tuvo que sostener la espera.

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José: cuando la salida parece la única opción

El Evangelio dice que José, al ver a María embarazada, pensó en abandonarla en secreto (Mt 1,19). Esa decisión ocurre antes del sueño del ángel. En la noche previa al milagro.


José no era un hombre débil. Era justo. Y, aun así, llegó al límite. Cuando todo parecía perdido, cuando la historia no cerraba, cuando la puerta del futuro se cerraba… ahí estaba Dios a punto de hablar.


Pero primero dejó que José tocara fondo.



Isabel: cuando el cuerpo dice “no” y Dios dice “ahora”

Isabel no solo era estéril. Era mayor. Humanamente, no había margen. El tiempo había pasado. Las posibilidades se habían agotado.


Y justo ahí, cuando ya nadie esperaba nada, cuando la resignación parecía lo más lógico, Dios abrió una puerta imposible.


La Escritura es clara: “Nada hay imposible para Dios”. Pero esa frase se vuelve real cuando todo ya parece cerrado.



Los pastores: cuando la noche es total

Los pastores no estaban rezando. No estaban esperando señales. Estaban trabajando en la noche, en lo oscuro, en lo rutinario.


El anuncio del nacimiento no llegó en el templo ni en la sinagoga. Llegó en la noche, cuando el día ya se había terminado.


Dios eligió el momento más oscuro para iluminar.

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La lógica divina que incomoda

Dios no actúa cuando todo está bajo control. Actúa cuando el control se pierde. No entra cuando la puerta está abierta. Entra cuando se cierra.


Por eso el 19 de diciembre es tan simbólico. Porque es el día en que muchos dicen:— “Ya no llego”“Ya estᔓEste año no fue”.


Y es exactamente ahí donde la fe se vuelve verdadera o se cae.



Cuando Dios parece llegar tarde… pero no lo hace

Desde afuera, Dios siempre parece tardar. Desde adentro, nunca llega tarde. Llega cuando ya no dependés de vos.


El milagro no ocurre cuando todavía hay margen humano. Ocurre cuando ese margen se termina.


Por eso esta nota no es para los que están bien. Es para los que sienten que la puerta se cerró. Para los que llegaron al 19 de diciembre cansados, frustrados, angustiados.


La Navidad no empieza con luces. Empieza con una puerta cerrada… y Dios tocando del otro lado.


Y muchas veces, cuando creés que llegó tarde, es porque el milagro ya está en camino.

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