La Oración que se Reza en Secreto Antes de Nochebuena (Y Que Cambia el Corazón)
- Canal Vida

- 17 dic
- 3 Min. de lectura
Hay una oración antigua que casi nadie reza en voz alta antes de Nochebuena. No aparece en tarjetas ni villancicos. Se reza en silencio. Y quienes la conocen aseguran que prepara el corazón para recibir a Dios de verdad.

Mientras el mundo acelera hacia la Nochebuena entre luces, mesas llenas y agendas saturadas, la Iglesia guarda —casi en silencio— una oración antigua, breve y poderosa. No suele aparecer en tarjetas ni en villancicos. No se reza en voz alta. Se murmura. Y quienes la conocen aseguran que no deja igual el corazón.
No es una oración para “pedir cosas”. Es una oración para disponerse. Para vaciarse. Para esperar. Porque la Navidad no es un recuerdo: es una llegada. Y nadie recibe a Dios con el corazón lleno de ruido.
EL SECRETO DEL ADVIENTO: DIOS NO IRRUMPE, ESPERA
Los antiguos cristianos lo sabían bien: Dios no irrumpe a la fuerza. Se acerca cuando encuentra espacio. Por eso, antes de Nochebuena, muchos rezaban —y aún rezan— una oración silenciosa inspirada en la espera de San José, el hombre justo que preparó la llegada de Jesús sin pronunciar una sola palabra en los Evangelios.
José no habló. Escuchó. No entendió todo. Confió. No controló los tiempos. Esperó. Esa actitud interior dio origen a una oración sencilla, transmitida en comunidades monásticas y familias creyentes, especialmente en la noche del 23 de diciembre.

LA ORACIÓN QUE SE REZA EN VOZ BAJA
No tiene fórmulas mágicas. No promete milagros inmediatos. Pero prepara algo más profundo: la cuna interior.
“Señor, no llego limpio, no llego preparado, no llego en silencio. Pero llego con deseo. Vacía mi corazón de lo que estorba, ordena lo que está disperso, y enséñame a esperar como José, a guardar como María, a recibir como un pobre. Amén.”
Quienes la rezan no suelen compartirla. No por superstición, sino por respeto. Porque esta oración no busca ser vista, sino vivida.
MARÍA, LA ESPERA QUE NO SE EXHIBE
La tradición asocia esta oración al modo en que María esperó el nacimiento de su Hijo. No hubo espectáculo. No hubo anuncios humanos. Solo una certeza interior: Dios cumple lo que promete.
María no corrió. No explicó. No se defendió. Esperó. Y en esa espera, el corazón se ensanchó. Esta oración recoge ese espíritu: aceptar que no controlamos la salvación, pero sí podemos abrir la puerta.

POR QUÉ ESTA ORACIÓN CAMBIA EL CORAZÓN
Porque va contra todo lo que propone diciembre. Mientras el mundo exige rendimiento, esta oración pide rendición. Mientras todo empuja al consumo, invita al despojo. Mientras se impone el ruido, propone silencio.
Muchos testimonios coinciden en lo mismo: después de rezarla, algo se aquieta. No desaparecen los problemas. Pero cambia la forma de mirarlos. La ansiedad baja. El enojo se ordena. El corazón vuelve a su eje.
NO ES DEVOCIÓN: ES COMBATE INTERIOR
Esta oración no es decorativa. Es espiritual y exigente. Obliga a frenar. A mirar hacia adentro. A reconocer lo que sobra. Por eso no es popular. Porque incomoda.
Pero ahí está su fuerza. El mal teme al silencio porque en el silencio la conciencia despierta. Y un corazón despierto es un corazón libre.

ANTES DE NOCHEBUENA, UN GESTO QUE LO CAMBIA TODO
Los antiguos recomendaban rezarla la noche del 23 de diciembre, a solas, con una vela encendida, sin música, sin celular. No más de dos minutos. Lo justo para decirle a Dios que hay lugar.
Porque la Navidad no se arma. Se recibe. Y el corazón que se vacía… siempre encuentra a Dios llegando.
La Oración que se Reza en Secreto Antes de Nochebuena (Y Que Cambia el Corazón)
La Oración que se Reza en Secreto Antes de Nochebuena (Y Que Cambia el Corazón)









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