LA NOCHE EN QUE EL CIELO SE ABRE: POR QUÉ LA MISA DE MEDIANOCHE ES EL CORAZÓN SECRETO DE LA NAVIDAD
- Canal Vida

- hace 4 horas
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Cada Navidad, cuando el mundo duerme, la Iglesia enciende una luz a medianoche. La Misa de Navidad no es una costumbre más: es una tradición milenaria nacida en la oscuridad, cargada de misterio, silencio y una verdad que sigue estremeciendo.

Hay un momento en la Navidad que no se parece a ningún otro. No es el brindis. No es el regalo. No es la cena. Es el silencio profundo de la medianoche, cuando las luces se atenúan, el mundo parece detenerse… y comienza la Misa de Navidad. Una tradición antigua, cargada de misterio, que atraviesa siglos y sigue conmoviendo almas.
UNA TRADICIÓN NACIDA EN LA OSCURIDAD
La costumbre de celebrar la Navidad el 25 de diciembre comenzó alrededor del año 330. Desde Roma, la fiesta se extendió lentamente al resto del mundo cristiano. Con el tiempo, surgió una práctica singular: celebrar tres Misas en Navidad —a medianoche, al amanecer y durante el día— como si la Iglesia quisiera acompañar cada latido del nacimiento de Cristo.
El origen exacto no es del todo seguro, como explica el padre Edward McNamara, profesor de liturgia. Pero la historia que envuelve a la Misa de Medianoche es tan poderosa que parece escrita con fuego y fe.

UNA GRUTA EN EL CORAZÓN DE ROMA
Fue Sixto III, en el siglo V, quien dio forma definitiva a esta tradición. Mandó construir una pequeña capilla con forma de gruta dentro de Santa María la Mayor, inspirada en la cueva de Belén. Allí, siglos después, se colocarían las reliquias del Santo Pesebre.
Influenciado por la vigilia nocturna que se celebraba en Jerusalén, el Papa comenzó a celebrar la Misa de Navidad a medianoche, recreando simbólicamente el lugar y la hora del nacimiento de Cristo.
¿POR QUÉ A MEDIANOCHE?
La tradición cristiana sostiene que Jesús nació a medianoche, cuando el mundo dormía. No al mediodía del poder, sino en la hora más oscura. Lo recuerda una antigua oración: “Salve y bendita sea la hora y el momento en que el Hijo de Dios nació… a medianoche, en Belén, en medio del frío intenso”.

LA LUZ QUE VENCE A LA NOCHE
Por eso la Misa de Medianoche no es una más. Representa la luz que irrumpe en la oscuridad, la esperanza que nace cuando todo parece perdido. Mientras afuera reina la noche, dentro del templo se encienden las velas, suena el Gloria y el Evangelio anuncia lo impensado: Dios nació.
Cada Navidad, cuando el reloj marca las doce, la Iglesia vuelve a decirle al mundo lo mismo desde hace siglos: la noche no tiene la última palabra.
LA NOCHE EN QUE EL CIELO SE ABRE: POR QUÉ LA MISA DE MEDIANOCHE ES EL CORAZÓN SECRETO DE LA NAVIDAD
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