La Advertencia Más Fuerte del León XIV: “La IA Puede Convertirse en un Monstruo”
- Canal Vida
- 17 nov
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El Papa lanzó su advertencia más fuerte sobre la inteligencia artificial: denunció que puede manipular, deshumanizar al enfermo y decidir quién “merece” vivir. Pidió mirar “como Dios” antes de que sea tarde. Su frase final dejó a todos helados.
En una Sala Clementina colmada y en absoluto silencio, León XIV levantó la voz —y el tono— frente a uno de los peligros más inquietantes de nuestro tiempo: la inteligencia artificial que deja de servir al hombre para comenzar a manipularlo.
El Pontífice habló con crudeza ante médicos, expertos en salud y especialistas en tecnología reunidos en el IX Seminario de Ética en el Gerenciamiento de la Salud. Y su advertencia no pasó desapercibida: “La IA puede introducir un sesgo que falsifica la realidad y convierte al enfermo en un dato, en un objeto… en una estadística que se clasifica según su costo”.
UN MENSAJE QUE SONÓ COMO PROFECÍA
El Santo Padre no habló de ciencia ficción. Habló del presente. Según él, la IA —si es usada sin ética— puede transformarse en una herramienta capaz de decidir silenciosamente quién merece un tratamiento, quién es “rentable” y quién puede ser descartado.
“Ese sesgo —advirtió— puede ser tan imperceptible que no lo veremos venir… hasta que ya haya deshumanizado a toda una sociedad”.
“MIRAR COMO DIOS”: EL ANTÍDOTO
En un momento de tensión espiritual, el Papa pidió algo que sorprendió incluso a los expertos más seculares: “Hay que mirar como mira Dios. Ver al enfermo no como un número, sino como un hijo amado”.
Y fue aún más lejos: “La caricia, el trato humano, la fragilidad… son el antídoto contra un sistema que quiere volvernos fríos, eficientes y desalmados”.
UN LLAMADO URGENTE
El vicario de Cristo pidió “cambiar la mirada antes de que sea demasiado tarde” y llamó a resistir la tentación del lucro inmediato, del algoritmo ciego y de la gestión sin alma.
Su mensaje final resonó como un golpe en el corazón del mundo tecnológico: “La IA no debe decidir quién merece vivir. Ese juicio pertenece solo a Dios”.
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