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Gorbachov: De terminar con la URSS a modelo de Pizza Hut

El último líder de la Unión Soviética, uno de los políticos más importantes de finales del siglo XX, terminó con la Guerra Fría, desmembró la URSS, liberó presos políticos y puso fin a la opresión religiosa. Un hombre amado y odiado en Rusia.
 

Reunión entre san Juan Pablo II y Mijaíl Gorbachov en 1989.


Protagonistas de una época: san Juan Pablo II, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov; gestores del fin de la Guerra Fría, marcaron un hito en la historia universal. Con el fallecimiento del último mandatario de la URSS, este martes, se cerró el telón de los actores de ese momento que rompieron el muro para liberar a un pueblo oprimido.


Solo en archivos fotográficos y de video se verá su característica mucha en el cabeza: una de las figuras más destacadas de finales del siglo XX murió a los 91 años de edad en el Hospital Clínico Central de Moscú, donde estaba ingresado debido a una larga enfermedad.



PRIORIZAR AL SER HUMANO

Nacido en 1931, Mijaíl Gorbachov fue fundamental por el restablecimiento de las relaciones con Occidente y el compromiso de reducir los arsenales nucleares como por las reformas emprendidas en el seno de la URSS que condujeron a la caída del comunismo soviético y al fin de la Guerra Fría.


"Perestroika" y "Glasnost" fueron las palabras que guiaron sus esfuerzos de reforma. Con la primera, "reestructuración", se referían a las reformas económicas, que incluían una primera apertura a la economía de mercado tras décadas de estatismo.


Con la segunda, "transparencia", se referían a arrojar luz sobre el pasado, a menudo oscurecido por la propaganda, y a abrir el sistema a una información más libre.


Histórico encuentro entre Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov.



CARRERA POLÍTICA

Originario del Cáucaso Norte, Gorbachov estudió derecho y a los 39 años fue nombrado líder del partido en su región. En 1978 estuvo en Moscú como secretario del Comité Central del partido, en 1985 fue secretario general después de Černenko, y en 1990 fue elegido presidente de la URSS.


Aunque estuvo al frente del gobierno menos de siete años, Gorbachov desencadenó una impresionante serie de cambios que resultaron en el colapso del Estado Soviético, la liberación de las naciones de Europa del Este del dominio ruso y el fin de décadas de tensión nuclear entre oriente y occidente.


Su autoridad quedó irremediablemente socavada por un intento golpista en su contra en agosto de 1991, y pasó sus últimos meses en el cargo viendo cómo una república tras otra declaraban su independencia, hasta que finalmente renunció el 25 de diciembre de 1991. Un día después, la Unión Soviética inició su viaje hacia el olvido.



 
 


HOMBRE NOBEL Y DECADENCIA POLÍTICA

Gorbachov ganó el Nobel de la Paz en 1990 por su papel en el fin de la Guerra Fría, y pasó los siguientes años recogiendo premios y reconocimientos en distintas partes del mundo. Pero era detestado en su país.


Los rusos lo culparon del desmoronamiento de la Unión Soviética, que alguna vez fue una temida superpotencia cuyo territorio se fracturó en 15 naciones. Sus antiguos aliados se distanciaron y lo convirtieron en el chivo expiatorio de los problemas de su país.


Su postulación a la presidencia en 1996 se convirtió en una burla nacional y terminó con menos del 1% de los votos.


Gorbachov en 2018.



EN POS DEL BIEN COMÚN

Poco después de asumir el poder, Gorbachov inició una campaña para sacar a su país del estancamiento político y económico, usando el “glasnot" o apertura, para alcanzar su objetivo de “perestroika” o reestructuración.


En su autobiografía, dijo que pasó mucho tiempo frustrado de que en un país con inmensos recursos naturales hubiera decenas de millones de personas viviendo en la pobreza.


“Nuestra sociedad estaba sofocada por las garras del sistema de mando burocrático”, escribió. “Condenada a servir a la ideología y cargar con el enorme peso de la carrera armamentista, se vio sometida a una gran presión".



 
 


Una vez que comenzó, un movimiento llevó al otro: liberó a presos políticos, permitió un debate abierto y elecciones con múltiples candidatos, les dio a sus compatriotas la libertad para viajar, puso fin a la opresión religiosa, redujo sus arsenales nucleares, estableció vínculos más estrechos con Occidente y no se opuso a la caída de regímenes comunistas en Estados satélite de Europa del Este.


En uno de los puntos más bajos de su mandato, Gorbachov autorizó medidas represivas contra intranquilas repúblicas bálticas a principios de 1991.


La violencia puso a muchos intelectuales y reformistas en su contra. Las elecciones competitivas también produjeron una nueva camada de políticos populistas que desafiaron las políticas y la autoridad de Gorbachov.




MODELO DE PIZZA HUT

El líder ruso trabajó en la fundación que llevaba su apellido, creada para atender las prioridades globales en el mundo posterior a la Guerra Fría, y con la fundación de la Cruz Verde, formada en 1993 para ayudar a cultivar “una relación más armónica entre los seres humanos y el medio ambiente”.


Publicidad de Pizza Hut protagonizado por Mijaíl Gorbachov.


En 1997 hizo un anuncio televisivo para Pizza Hut a fin de conseguir dinero para su fundación caritativa.


En la publicidad sale comiendo en uno de los restaurantes de la cadena en Moscú, donde lo ven comensales de otra mesa y comienzan a discutir entre ellos sobre sus logros como líder de la Unión Soviética.


Nos dio libertad y oportunidad, dice un hombre joven. Nos dejó problemas económicos e inestabilidad política, responde un hombre más adulto.


Una mujer anciana agrega: “Gracias a él tenemos muchas cosas, como Pizza Hut”. Al final, el hombre que lo criticaba se levanta de la mesa y brinda por él con una rebanada de pizza.


Aunque tiene un filtro color rosa, fue una historia resumida de los avances de Rusia y las crecientes comodidades para los consumidores rusos, pese a los problemas.


Pizza Hut abrió su primer local en Moscú en 1990, una de las primeras de una ola de empresas occidentales que aprovecharon las reformas emblemáticas de Gorbachov. No era la primera vez que los rusos tenían pizza, pero al igual que con la apertura de McDonald’s unos meses antes, la presencia de una importante marca occidental fue alentadora para quienes querían que la Unión Soviética estuviera más integrada al mundo.


Renuncia de Gorbachov.



EL ENCUENTRO CON JUAN PABLO II

El encuentro con Juan Pablo II en el Vaticano el 1 de diciembre de 1989 fue inolvidable. El Presidente soviético y el Papa polaco se dieron la mano. La foto dio la vuelta al mundo en un contexto histórico inimaginable: Gorbachov junto a Juan Pablo II mientras los regímenes comunistas se derrumbaban en Europa del Este.


En 1990 recibió el Premio Nobel de la Paz "por su papel protagonista en el cambio radical de las relaciones entre Oriente y Occidente". Luego, en agosto de 1991, sobrevive a un golpe de Estado y es encarcelado durante tres días en la villa presidencial del Mar Negro: en diciembre de ese mismo año, la Unión Soviética se derrumba.



FRANCISCO ENVIÓ CONDOLENCIAS A LA FAMILIA DE GORBACHOV

El Papa se sumó a las condolencias generales por el fallecimiento de Mijaíl Gorbachov. En un telegrama dirigido a su hija Irina, el Santo Padre recordó "con gratitud el visionario compromiso por la concordia y la fraternidad entre los pueblos".


Asimismo, expresó sus condolencias a todos los miembros de su familia, así como a los que "vieron en él a un estimado hombre de Estado".


Finalmente, en el telegrama, el Pontífice eleva oraciones "por su alma" e invoca la "paz eterna" de Dios.



FUNERAL

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, no asistirá al funeral que se celebrará el fin de semana para el expresidente soviético Mijaíl Gorbachov, pero le presentó sus respetos, dijo el Kremlin el jueves. La decisión refleja la ambivalencia del Kremlin sobre el legado de Gorbachov.


Gorbachov será velado en la Casa de los Sindicatos de Moscú. El edificio, ubicado entre el Teatro Bolshoi y la Duma (la cámara baja del Parlamento ruso), albergó durante décadas los restos de otros líderes soviéticos como Vladimir Lenin, Joseph Stalin, Leonid Brezhnev, Yuri Andropov y Konstantin Chernenko.


Todos fueron enterrados fuera de las murallas del Kremlin: Lenin, momificado, en un enorme mausoleo, y los otros en una necrópolis cercana.


Sin embargo, Gorbachov será sepultado en el Convento Novodevichy, el lugar de descanso de Nikita Kruschev, quien criticó el “culto a la personalidad” que rodeó a Stalin, y de Boris Yeltsin, el presidente ruso que fue el líder dominante en los primeros años después del colapso soviético.


Será sepultado al lado de su esposa, Raisa, como muestra del afecto público que se tenían, en contraste con otros líderes cuyas vidas personales eran un asunto prácticamente desconocido.

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