El Papa que ama el tenis y no le teme a Sinner
- Canal Vida
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En un encuentro lleno de gestos simples y mensajes poderosos, León XIV recibió al número uno del tenis mundial, Jannik Sinner, en el Vaticano. Entre bromas, una raqueta de regalo y una gran sonrisa, León XIV demostró que el Evangelio también puede pasar por una cancha de tenis. La pasión del Pontífice por el deporte revela un estilo pastoral cercano, humano y sorprendente.
En una mañana cargada de anécdotas, raquetas y bendiciones, el papa León XIV recibió esta semana en el Vaticano al número uno del tenis mundial, Jannik Sinner.
El encuentro fue breve, pero memorable. “¿Quieres jugar un rato?”, bromeó el Papa mientras sostenía la raqueta que le regaló el joven campeón. “¡Pero aquí estamos rompiendo algo!”, agregó entre risas.
Sinner, acompañado por sus padres y el presidente de la Federación Italiana de Tenis, le entregó al Pontífice el carnet de socio honorario. El Papa lo aceptó con humildad, aunque sin ocultar su entusiasmo: “¡Me dejarían jugar en Wimbledon!”.
León XIV, fan confeso del tenis y exobispo de Chiclayo, donde perfeccionó su revés con sacerdotes amigos, demostró estar al tanto del torneo en Roma. “¿Cómo te ves?”, le preguntó a Sinner, interesado en el desempeño del campeón en el Foro Itálico. El joven respondió con respeto y calidez: “Estamos agarrando ritmo. Es un honor estar aquí”.
El presidente Binaghi lo resumió mejor: “Hoy conocimos a un auténtico Papa del tenis”.Y el mundo conoció a un Papa que, con una raqueta en mano y una sonrisa en el rostro, también sabe jugar el partido de la cercanía.
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