El Papa Ante los Enfermos del Líbano: ‘Aquí Habita Jesús’ — El Grito Más Humano y Doloroso del Santo Padre
- Canal Vida

- 2 dic
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La visita de León XIV al Hospital De La Croix desató una ola de emoción en un Líbano herido. Su mensaje a enfermos y trabajadores sanitarios abrió una herida espiritual global. Un llamado doloroso, urgente y profundamente humano.

En un Líbano herido, donde cada día parece un combate por la supervivencia, León XIV dejó uno de los mensajes más profundos y conmovedores de todo su viaje apostólico. Lo pronunció hoy, 2 de diciembre de 2025, en el Hospital De La Croix, en Jal ed Dib… y sus palabras hicieron temblar de emoción a médicos, religiosas, pacientes y millones que siguieron la visita desde las redes.
Porque lo que ocurrió hoy no fue un simple saludo protocolar: fue un manifiesto contra la indiferencia del mundo moderno, un recordatorio ardiente de que la dignidad de los más frágiles es el verdadero termómetro espiritual de la humanidad.
EL HOSPITAL DONDE “HABITA JESÚS”
Apenas llegó, León XIV desarmó todo protocolo con una frase que quedará en la historia del Líbano: “Aquí habita Jesús: en ustedes, los enfermos, y en quienes los cuidan”.
Las Hermanas Franciscanas de la Cruz —fundadas por el beato padre Jacques, conocido como el Padre Yaacub— recibieron al Santo Padre con un himno que él mismo calificó como “un mensaje de esperanza”. Muchas religiosas lloraron. Otras no podían dejar de sonreír. El ambiente era de gracia pura.
El hospital, nacido para servir a los más pobres, se convirtió hoy en el escenario donde el Papa abrió una herida silenciosa: la de un mundo que corre, consume, promete bienestar… y abandona a los frágiles.

EL GOLPE MÁS DURO: “NO PODEMOS CORRER IGNORANDO A LOS QUE SUFREN”
León XIV no suavizó su mensaje. Lo dijo con la fuerza de quien ve un planeta que se está deshumanizando: “No podemos imaginar una sociedad que corre a toda velocidad aferrándose a falsos mitos de bienestar, ignorando situaciones de pobreza y fragilidad”.
Un silencio hondo cayó sobre la sala. Los médicos inclinaron la cabeza. Las hermanas apretaron sus crucifijos. Porque no hablaba solo al Líbano: hablaba al mundo entero.
UN RECUERDO DOLOROSO: EL GRITO DE LOS POBRES
En un país donde la guerra, el colapso económico y la emigración están vaciando comunidades enteras, el Papa fue directo al corazón de la tragedia: “En el rostro herido de los pobres encontramos el sufrimiento de Cristo”.
No fue una frase teológica. Fue una denuncia. Una advertencia. Una llamada a despertar.

A LOS TRABAJADORES: “USTEDES SON EL BUEN SAMARITANO EN CARNE VIVA”
El Santo Padre se dirigió especialmente a quienes sostienen el hospital en medio del caos nacional:
médicos agotados,
enfermeras que no llegan a fin de mes,
camilleros que trabajan con lo poco que queda,
administrativas que no abandonan su puesto aunque el país se derrumbe.
A todos ellos les dijo: “Es una gran obra a los ojos de Dios. No pierdan la alegría de esta misión”.
Muchos rompieron en lágrimas.
A LOS ENFERMOS: EL MENSAJE MÁS TIERNO
Pero el momento más emotivo fue cuando el Papa habló a los pacientes: “El Señor les repite hoy: Te amo. Te quiero. Eres mi hijo. No lo olvides nunca”.
Una mujer con cáncer estalló en llanto. Un joven herido en los enfrentamientos susurró una oración. Una anciana levantó su rosario como respuesta.

UN FINAL EN ÁRABE, PARA UN PUEBLO QUE SUFRE
Antes de despedirse, León XIV cerró con la frase que hoy ya circula en todos los periódicos libaneses: “Allah ma’akum. Que Dios esté con ustedes”. Y lo dijo mirando directamente a los enfermos, como un padre que abraza a sus hijos.









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