"El Narco Avanza Mientras la Ley da la Espalda": La Iglesia Alerta sobre una Epidemia Silenciosa
- Canal Vida
- 18 jun
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En el Día Internacional contra el Narcotráfico, la Iglesia en Argentina lanzó un mensaje urgente: la droga avanza como una plaga invisible, destruye barrios y roba el alma de los jóvenes. La pastoral exige acción, verdad… y esperanza.

En el marco del Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas (26 de junio), la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina lanzó un mensaje urgente: “el narcotráfico avanza como una mancha de aceite, silencioso y voraz, amenazando barrios enteros sin avisar”.
"La Iglesia no puede permanecer indiferente ante este flagelo que está destruyendo a la humanidad, especialmente a las nuevas generaciones." (Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia)
La advertencia, contenida en un comunicado que está siendo viralizado, afirma en forma contundente y dramática que el problema “no reconoce fronteras, ataca a ricos y pobres, a niños y ancianos”, y que la “despenalización de hecho” del consumo y venta de drogas se está convirtiendo en “un caballo de Troya” que desestabiliza familias y pulveriza comunidades.
UNA EMERGENCIA SANITARIA Y MORAL
El texto relata cómo zonas periféricas, antes tranquilas, hoy se ven invadidas por el narco, “que da ‘trabajo’ pero destruye las vidas y hogares de jóvenes, crea familias rotas y extiende su campo de acción como una plaga”.
La Iglesia denuncia que las instituciones del Estado no alcanzan a contener esta expansión, y que los barrios hoy “armados por inseguridad y violencia” ya no son refugio.
"El problema de la droga es como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras ni geográficas ni humanas." (Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia)
No se trata solo de salud pública, sino de supervivencia social. La pastoral subraya que muchas escuelas atraviesan crisis profundas y que “la presencia del narco en barrios pobres es cada vez más visible”, incluso con “transas que balearon lugares supuestamente seguros”. Una realidad que deja en evidencia el fracaso de las políticas estatales y la urgente necesidad de un cambio.

UN GRITO DE ESPERANZA: LA IGLESIA COMO CONTENCIÓN
A pesar del panorama alarmante, el mensaje apuesta por la esperanza concreta: advierte sobre el trabajo comprometido de la Iglesia en espacios de prevención, recuperación y acompañamiento.
Los obispos llaman a “no permanecer indiferentes”, a desarrollarse programas reales que lleguen “antes que la droga”, a tender puentes para rescatar trayectorias rotas.
"Nuestra Iglesia quiere ser signo de esperanza concreta frente al dolor del consumo de drogas y para quienes caen en la esclavitud de la droga." (Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia)
“El problema de la droga es como una mancha de aceite que invade todo… a niños, jóvenes, adultos y ancianos… la Iglesia no puede permanecer indiferente”, aseguraron los prelados, al tiempo que realizaron un llamado tajante, con eco eclesial y moral, a intervenir activamente en cada comunidad.

LA VOZ DEL PAPA: COMPROMISO CON LOS MARGINADOS
El comunicado remite además a la catequesis papal del 26 de junio de 2024, donde Francisco señalaba:
“El Señor Jesús se ha detenido, se ha acercado, ha curado las llagas… estamos llamados a actuar, a detenernos ante situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y la angustia…”.
Con estas palabras el mensaje eclesial confirma su compromiso: motiva a todas las diócesis a fortalecer estructuras preventivas, espacios de escucha y redes de contención. Además, lanza un desafío al Estado, expresando que es hora de valorar “el trabajo y los esfuerzos de tantas personas que entregan sus vidas por los descartados”.
LLAMADO A LA ACCIÓN
La Iglesia pregunta al Estado y a la sociedad:
¿Cuántas escuelas volverán antes que la droga?
¿Cuántos jóvenes recuperaremos a tiempo?
¿Cuántos barrios dejarán de ser territorio narco?
Porque –concluye– no se trata solo de combatir una sustancia: “se trata de defender vidas, proteger la infancia y reconstituir tejido comunitario”. Este 26 de junio, la alarma es fuerte, el llamado es urgente, y la Iglesia propone no solo orar, sino actuar.
GOLPE DE REALIDAD
Este mensaje no es una mirada al espejo: es una bofetada – suave, pero firme– sobre la realidad latina. Si duele, es porque existe. Y si existe, exige respuestas urgentes. La preocupación por la droga ya no es discurso: es señal de una emergencia social que reclama valentía, recursos y fe activa.
¿Qué pensás? Dejanos tu comentario y compartí esta nota para que la voz de esperanza no se hunda en el grito silenciado de muchos.
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