top of page

Dios es el amor del alma

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 22 jul 2022
  • 1 Min. de lectura
"Debe crecer nuestro deseo de buscar al Señor todos los días", asegura el padre Rafael de Tomás Ferrer en su reflexión del Evangelio de hoy (Jn. 20, 1-2. 11-18).
 

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.


Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al señor y no sabemos dónde lo han puesto».


"He visto al Señor y ha dicho esto"

Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.


Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?».


Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».


Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.


Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».


Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».


Jesús le dice: «¡María!».


Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».


Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».


María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».

コメント


bottom of page