Del infierno a la luz: la increíble conversión de Marino Restrepo
- Canal Vida
- 26 feb
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Secuestrado por la guerrilla, tuvo una visión que cambió su vida para siempre. Su encuentro con Dios, la revelación del infierno y su misión de fe.

La historia de Marino Restrepo es, sin duda, una de las más impactantes conversiones de nuestro tiempo. Un hombre que durante más de tres décadas vivió alejado de Dios, sumergido en el materialismo, las filosofías orientales y las corrientes del pensamiento moderno que lo arrastraron lejos de sus raíces católicas.
"El infierno es la muerte sin fin, una agonía perpetua sin esperanza."
Nacido en Colombia y criado en una familia profundamente cristiana, su juventud estuvo marcada por la rebeldía y el deseo de independencia. Influenciado por la revolución cultural de los '60, abrazó el existencialismo, el movimiento hippie y la música de los Beatles y los Rolling Stones. La fe, que alguna vez guió su infancia, se diluyó en su búsqueda de una "espiritualidad" sin compromisos, adoptando creencias de la Nueva Era y un sincretismo que lo alejaba cada vez más de la verdad.
Pero todo cambió el 25 de diciembre de 1997, cuando fue secuestrado por la guerrilla colombiana.

Un secuestro y una visión que lo transformaron
Durante seis meses permaneció cautivo en la selva, encadenado y con escasas posibilidades de sobrevivir. Pero fue en la oscuridad más profunda donde Dios irrumpió con su luz.

En el día 15 de su cautiverio, experimentó algo que marcaría el resto de su vida: una revelación sobrenatural. En un instante, revivió cada uno de sus pecados, desde su infancia hasta el presente, con una claridad indescriptible.
"Hoy el mayor enemigo de la fe no es otra religión, sino la indiferencia y el consumismo."
La alucinación que al principio creyó que estaba teniendo pronto se convirtió en una certeza: estaba viviendo una experiencia mística. "Me encontré ante la realidad de Dios, un Dios que me había dado la vida, que me amaba, pero que yo había rechazado", recuerda Marino.
Lo que siguió fue aún más aterrador. Vio el infierno.

El infierno es real: el dolor de estar separado de Dios

"Fue la sensación más angustiante que un alma puede experimentar. Es la muerte sin fin, una agonía perpetua sin esperanza", describe Restrepo sobre su experiencia en el infierno.
"Los jóvenes buscan la verdad, pero no la encuentran porque muchos en la Iglesia dejaron de predicarla con valentía"
En ese momento entendió la gravedad del pecado y la consecuencia de haber vivido una vida apartada de Dios. Vio almas condenadas, sintió el vacío absoluto de estar lejos del amor divino. Pero también fue testigo de algo más: la misericordia de Dios en el purgatorio y la luz de su presencia.
Desde ese instante, su vida cambió para siempre.

La misión: anunciar la verdad
Tras ser liberado por la guerrilla, Marino tardó dos años en hablar sobre su experiencia. Se sumergió en la oración, en la Eucaristía y en la vida sacramental. Finalmente, en un Domingo de Ramos, tuvo otro encuentro con Dios, quien le encomendó una misión clara: llevar su testimonio al mundo entero.
Desde entonces, recorre el mundo predicando la fe, denunciando los peligros del relativismo y del materialismo que alejan a la humanidad de su destino eterno. "Hoy el mayor enemigo de la fe no es otra religión, sino la indiferencia y el consumismo", afirma con convicción.

Las congregaciones que desaparecerán y el futuro de la Iglesia
Restrepo también es tajante en su visión sobre el estado de la Iglesia. Afirma que muchas comunidades religiosas tradicionales desaparecerán debido a la falta de vocaciones y la corrupción interna. "Dios está limpiando su casa", advierte, asegurando que los escándalos que golpearon a la Iglesia son parte de una purificación necesaria.
Sin embargo, ve un renacer en las nuevas comunidades y en los jóvenes que abrazan una fe auténtica. "Los jóvenes buscan la verdad, pero no la encuentran porque muchos en la Iglesia dejaron de predicarla con valentía", sostiene.

El camino de la fe: una elección radical
Para Marino Restrepo, ser cristiano no es un compromiso a medias. "Hoy más que nunca, la fe debe vivirse radicalmente. El que no se aferre a Dios con todas sus fuerzas será arrastrado por el mundo", afirma.
La Eucaristía, la oración y la confesión son el sustento de su vida. "Sin estos sacramentos, el alma no sobrevive", enfatiza.
Una advertencia para el mundo
El testimonio de Marino Restrepo es una llamada de atención para todos. Su experiencia del infierno, del purgatorio y del amor de Dios no es solo un relato impactante, sino un recordatorio urgente de que la eternidad es real y nuestras decisiones en la vida tienen consecuencias.
Desde su conversión, su única misión es llevar este mensaje: Dios es real, el infierno existe y solo en Cristo encontramos la verdadera vida.
*Entrevista realizada en 2010.
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