Agotada, Vacía… y Amada: La Revelación que Está Consolando a Miles de Madres
- Canal Vida

- hace 3 días
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En el cansancio que nadie ve, en las noches interminables y en la culpa silenciosa, un sacerdote revela una verdad que está sanando corazones: Dios te ama justo donde estás, incluso cuando sentís que ya no podés más. Esta revelación cambió todo.

En un mundo que exige perfección, productividad y sonrisas impecables, un video de apenas segundos está rompiendo corazones… para sanarlos. El padre Mark-Mary Ames, de los Frailes Franciscanos de la Renovación, lanzó un mensaje que hoy se vuelve un grito celestial dirigido a millones de mujeres: “Dios te ama en tu cansancio… incluso cuando vos ya no podés amarte a vos misma”.
Todo comenzó con un testimonio brutalmente honesto: “Soy madre, esposa, tengo cuatro hijos menores de seis años. Estoy luchando contra la pereza… contra la disciplina… contra la glotonería”. Un retrato perfecto de la maternidad real: manos llenas, corazón cansado, alma desbordada.
Y entonces, la pregunta que descoloca: “¿Estás cansada?”. El presbítero no responde con culpas ni recetas mágicas. Todo lo contrario. Arroja una frase que parece pequeña, pero es un terremoto espiritual: “¿Estás permitiendo que el Señor te ame en tu pobreza y en tu generosidad?”.

Ahí está el centro del mensaje. No se trata de hacer más, ser más, rendir más. Se trata de permitir que Dios entre justo en el lugar que más ocultamos: el cansancio extremo, ese donde no queda gasolina, ni energía, ni paciencia.
“En tu agotamiento, Dios está listo para amarte justo donde estás”, afirma el padre Mark-Mary. Y las redes explotaron. Madres llorando frente al celular. Otras admitiendo que necesitaban escuchar esto “después de 10 años de confesiones”. Una más confesó: “Nada de lo que vea en mi teléfono se compara con esto. Necesito dejar todo y descansar en Dios”.
Porque —y este es el mensaje urgente— la maternidad no es un examen; es un lugar sagrado donde Dios mismo quiere consolar, sostener y amar.
Y tal vez este artículo sea tu recordatorio: Dios te está esperando en tu cansancio. No después. Ahora.









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