"Ser como niños es vivir con la capacidad de asombro, y perder esa capacidad nos hace incapaces de reconocer la presencia de Dios", asegura el padre Rafael de Tomás Ferrer en su reflexión del Evangelio de hoy (Mt. 19, 13-15).
En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban.
"no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos."
Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos».
Les impuso las manos y se marchó de allí.
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