Francisco, antes del Ángelus de hoy, reflexionó entorno el Evangelio y pidió usar los bienes materiales sin egoísmo: "actuar en la caridad, promover la fraternidad y ejercer el cuidado hacia los más débiles".
“Para heredar la vida eterna no es necesario acumular los bienes de este mundo, lo que cuenta es la caridad que habremos vivido en nuestras relaciones fraternas”, aseguró el Papa Francisco esta mañana frente a una multitud congregada en la plaza San Pedro en su reflexión antes del Ángelus en referencia a la historia de corrupción que Jesús cuenta a sus discípulos (Lc. 16, 1-13): “un administrador deshonesto, que roba y después, cuando es descubierto por su amo, actúa con astucia para salir de esa situación”.
Sucede que, tal como dijo el Santo Padre, quien se mueve en las tinieblas, según ciertos criterios mundanos, sabe salir adelante incluso en medio de los problemas, sabe ser más astuto que los otros; sin embargo, los discípulos de Jesús, “no sabemos tomar la iniciativa para buscar salidas en las dificultades” (cfr Evangelii gaudium, 24).
“Jesús nos invita a que no usemos los bienes de este mundo solo para nuestro egoísmo, sino para actuar en la caridad, promover la fraternidad y ejercer el cuidado hacia los más débiles”
“Pienso en los momentos de crisis personal, social, pero también eclesial: a veces nos dejamos vencer por el desánimo, o caemos en la queja y en el victimismo”, señaló el sucesor de Pedro, al tiempo que explicó que Jesús dice que se puede “ser astutos según el Evangelio”: “ser despiertos y atentos para discernir la realidad, ser creativos para buscar soluciones buenas, para nosotros y para los otros”.
SACAR VENTAJA
El Maestro ofrece también “otra enseñanza”, precisó el Obispo de Roma. La astucia del administrador consiste en “hacer un descuento a los que están en deuda, y así se hace amigo de ellos, esperando que puedan ayudarle cuando el amo le eche”.
Antes acumulaba las riquezas para sí mismo, ahora las usa para hacerse amigos que puedan ayudarle en el futuro. En el mismo camino: robar.
“Jesús nos invita a que no usemos los bienes de este mundo solo para nuestro egoísmo, sino para actuar en la caridad, para promover la fraternidad y ejercer el cuidado hacia los más débiles”, subrayó el vicario de Cristo.
Reflexión del Santo Padre.
LLAMADOS A HACER EL BIEN
El Santo Padre constató que también hoy en día hay historias de corrupción como la que el Evangelio cuenta: conductas deshonestas, políticas injustas, egoísmos que dominan las elecciones de los individuos y de las instituciones, y tantas otras situaciones oscuras.
“Estamos llamados a ser creativos en el hacer el bien, con la prudencia y la astucia del Evangelio, usando los bienes de este mundo – materiales y dones recibidos del Señor- no para enriquecernos a nosotros mismos, sino para generar amor fraterno y amistad social”, indicó.
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