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“Ni economía liberal, ni economía comunista”

El Papa pidió una "economía cristiana" basada en las necesidades reales de la sociedad.
 

Desde los inicios del pontificado, Francisco pidió que la Iglesia este cerca de la gente, de la realidad, ir al encuentro de las personas, por eso mismo animó a los representantes del Fondo Mundial de Solidaridad “ir a las periferias, a encontrar a la gente que no cuenta, a los descartados de la sociedad”. Fue durante una audiencia que mantuvo el martes 25 de mayo en el aula Paulo VI del Vaticano.


Ir a las periferias “sean del cuerpo, sean del alma” es acoger a las personas que “desgarradas por dentro”, señaló el Papa y manifestó que “hay mucha gente que necesita cercanía”.


El Obispo de Roma explicó que a los migrantes hay que “acoger, acompañar, promover e integrar”, es camino de integración en la sociedad. “Es tomarlos e integrarlos, con la educación, con la inserción laboral, con todas estas cosas”, sostuvo.


Francisco en reunión con miembros del Fondo Mundial de Solidaridad. (Fotografía: Vatican Media)


MODELO CRISTIANO

El sucesor de Pedro expresó que “la economía debe convertirse”, por lo que se debe “pasar de la economía liberal a la economía compartida por las personas, comunitaria”.


“No podemos vivir con un modelo de economía que proviene de los liberales, tampoco con uno que proviene del comunismo; se necesita una economía cristiana”, subrayó el Santo Padre, y explicó que hay que buscar nuevas expresiones de la economía de este tiempo, “más arraigada al pueblo”.



PENSAR EN EL PRÓJIMO

El Fondo Mundial de Solidaridad, inspirada en el liderazgo moral del Papa Francisco, es una alianza de asociaciones que trabaja con el fin de ayudar a las personas más vulnerables de la sociedad, según expresan en su web.


Fomentan sinergias entre entidades católicas, empresas, inversores, filántropos, organismos internacionales y gobiernos, con el objetivo de buscar soluciones coherentes para satisfacer las necesidades de las personas marginadas.


La institución colabora como nexo entre congregaciones y entidades católicas con vínculos con los migrantes y refugiados, y empresas privadas para incluir a los vulnerables en trabajos y emprendimientos.

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