Por primera vez, Racing y Gustavo Costas celebran la conquista de la Copa Sudamericana. Desde Asunción, la "Nueva Olla" fue testigo de una historia donde la fe y el fútbol escribieron un capítulo inolvidable.
Gustavo Costas, parte de la religión.
Gustavo Costas no es un simple entrenador para Racing Club. Es un símbolo viviente. Capitán en la recordada conquista de la Supercopa 1988, ahora, como técnico, llevó al equipo de Avellaneda a levantar la tan ansiada Copa Sudamericana en Asunción, una ciudad donde se respira fútbol y espiritualidad. El técnico, conocido por su devoción al Señor de los Milagros y la Virgen María, construyó su carrera en base a una fe inquebrantable que guía sus pasos dentro y fuera del campo.
Antes de cada partido, puede ser visto besando su rosario en el banco de suplentes, una tradición que inició durante su paso por Alianza Lima, donde conoció la devoción por el Cristo de Pachacamilla. Desde entonces, su fe fue un bastión en cada uno de sus logros deportivos.
La conquista que encendió la fe académica
En la final de la Copa Sudamericana, disputada hoy en la "Nueva Olla" de Cerro Porteño, Racing venció 3-1 a Cruzeiro, con goles de Gastón Martinera, "Maravilla" Martínez y Roger Martínez; mientras que para el equipo brasilero descontó Kaio Jorge. Más de 40.000 hinchas presenciaron el partido, en una jornada cargada de emociones donde la fe de Costas contagió a sus jugadores.
La imagen del técnico arrodillado en el césped, agradeciendo al cielo, se convirtió en símbolo del triunfo.
Gustavo Costas, el hombre del milagro.
Una vida marcada por la devoción
Desde joven, Costas mostró una fuerte inclinación religiosa. Su paso por equipos de distintos países le permitió incorporar tradiciones espirituales que enriquecieron su relación con la fe.
En Perú, adoptó al Señor de los Milagros como protector. En Ecuador y Colombia, continuó cultivando su devoción a la Virgen María, reflejada en sus oraciones previas a cada compromiso.
Durante su carrera, fue un modelo de humildad y trabajo. Sus jugadores destacan su "don de gente" y su capacidad para transmitir valores más allá del fútbol. "El profe nos enseña que ganar no es solo levantar un trofeo, es crecer como personas", señaló Roger Martínez, una de las figuras del equipo.
Fútbol y fe: una combinación ganadora
La historia de Racing en este torneo estuvo impregnada de espiritualidad. El plantel, siguiendo el ejemplo de su técnico, encontró en la fe un motor de unión y fuerza.
Legado de fe y fútbol
Gustavo Costas deja una huella indeleble en Racing. No solo devolvió al club al primer plano internacional, sino que lo hizo desde una perspectiva de valores y espiritualidad.
La conquista de la Copa Sudamericana 2024 será recordada no solo por el logro deportivo, sino también por el mensaje de fe y esperanza que transmitió un técnico que vive el fútbol con el corazón y el alma. En Racing, Costas no es solo un campeón: es un símbolo eterno.
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