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León XIV Llama a Unir a las Religiones y Sanar el Mundo: “Dios Tiene Sed del Corazón Humano”

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 29 oct
  • 4 Min. de lectura
Desde la plaza de San Pedro, el Papa lanzó un mensaje que estremeció al mundo: “Nada debe separarnos”. En el aniversario de Nostra Aetate, pidió unir religiones, sanar heridas y recuperar la sed de Dios en un mundo dividido.
León XIV
León XIV bendice a un bebé ante la multitud en plaza San Pedro. (Fotografía: Vatican Media)

El sol caía sobre la plaza de San Pedro cuando León XIV alzó la voz y, con ella, el alma del mundo. Ante miles de fieles y representantes de distintas religiones, el Pontífice pronunció una catequesis que quedará marcada como una de las más conmovedoras y visionarias de su pontificado. En el 60.º aniversario de la histórica declaración Nostra Aetate, pidió algo que parece imposible en tiempos de fracturas y guerras: que “nada nos divida”.







“DIOS TIENE SED DEL CORAZÓN HUMANO”

“Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”, citó el Papa desde el Evangelio de Juan. A partir de esas palabras, construyó una reflexión que estremeció incluso a los más escépticos. “El diálogo entre religiones nace de una sed —dijo—: la sed de Dios por el corazón humano y la sed humana de Dios”.


No era una catequesis común, sino un llamado a volver a la raíz del alma. El Pontífice habló de una humanidad fragmentada por el egoísmo, el fanatismo y la tecnología deshumanizada. Pero también aseguró que esa misma humanidad puede reencontrarse si recupera el silencio del alma y el valor de escuchar al otro. “El diálogo no es estrategia: es una forma de adoración. Es descubrir la presencia de Dios más allá de las fronteras que nosotros mismos levantamos”, proclamó con voz firme.

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CONTRA EL ODIO Y EL OLVIDO

León XIV recordó que Nostra Aetate —el documento que cambió la historia del diálogo entre religiones— nació del deseo del Papa Juan XXIII de reconciliar a la Iglesia con el pueblo judío después del horror del Holocausto.


“Por primera vez, la Iglesia reconoció sus raíces en Abraham, en Moisés y en los profetas”, recordó, e indicó que “desde entonces, todos mis predecesores condenaron el antisemitismo con palabras claras. También yo confirmo que la Iglesia no lo tolera ni lo tolerará jamás, porque es contrario al mismo Evangelio”.


Sus palabras, pronunciadas con tono grave, fueron recibidas con un aplauso prolongado. Algunos rabinos presentes en la plaza no pudieron contener las lágrimas. “La fe —dijo el Papa— no puede ser excusa para el odio. Ningún Dios bendice la violencia.”


León XIV
Ante una plaza colmada de fieles, el Santo Padre aseguró que debes mirar al prójimo con los ojos del alma. (Fotografía: Vatican Media)
RELIGIÓN, TECNOLOGÍA Y ESPERANZA

En un giro sorprendente, advirtió sobre un enemigo moderno: la deshumanización del progreso. “La inteligencia artificial puede ser una bendición o una amenaza”, dijo, al tiempo que agregó que “si se concibe como una alternativa al ser humano, si neutraliza su dignidad y su responsabilidad, será una catástrofe espiritual”.


Pidió a las religiones del mundo “una nueva alianza moral” para humanizar la tecnología, cuidar la creación y proteger los derechos fundamentales de las personas. “Todas las religiones —insistió— tienen un destello de la verdad divina. Todas pueden contribuir a sanar un planeta herido por la guerra, la violencia y la indiferencia”.


El Santo Padre pidió a las comunidades de fe actuar juntas en defensa de la vida, del medioambiente y de la justicia social. “El mundo no necesita discursos, sino gestos. Si estamos unidos, todo es posible”, señaló.

Pedro Kriskovich
“NADA NOS DEBE SEPARAR”

En el tramo final de su catequesis, León XIV elevó su voz hasta el silencio absoluto de la plaza. “Hace sesenta años, Nostra Aetate trajo esperanza al mundo que salía de la guerra. Hoy debemos refundar esa esperanza en un mundo que parece haberla perdido. No basta con hablar de unidad: hay que vivirla”.


Y entonces, como si hablara al oído de cada alma, dijo:🕊️ “Nada nos debe separar. La fe no se impone, se ofrece. La verdad no divide, ilumina. La oración tiene el poder de transformar nuestras palabras y nuestros actos”.


Con esas frases, cerró los ojos y pidió un minuto de silencio. Miles de personas, de todas las religiones, guardaron el mismo silencio. No hubo barreras. No hubo fronteras. Solo un instante de humanidad compartida.


León XIV
León XIV manifestó que la inteligencia artificial puede ser una bendición o el infierno, según como se utilice. (Fotografía: Vatican Media)

UN PONTÍFICE QUE BUSCA LA RECONCILIACIÓN

En una época de tensiones políticas, guerras y extremismos, León XIV volvió a erigirse como un líder espiritual global. Su catequesis del 29 de octubre no fue solo un acto litúrgico: fue un manifiesto moral.


Desde la mujer samaritana hasta la inteligencia artificial, desde el antisemitismo hasta el diálogo interreligioso, su mensaje tejió una red de fe y razón que une al creyente con su tiempo.


“Dios tiene sed del corazón humano”, repitió antes de retirarse. Y quizás esa frase —tan simple y tan infinita— fue la más poderosa de todas: un recordatorio de que el Creador sigue esperando que la humanidad vuelva a mirarse con los ojos del alma.



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