El Papa condenó los hechos de violencia por la que atraviesan los países del continente americano.
Sor Luisa Dell'Orto en su labor con los niños de la calle en Haití.
“Confío su alma a Dios”, señaló el Papa Francisco el domingo pasado en referencia a la monja misionera Luisa Dell’Orto (64) asesinada en Haití, a quien calificó de mártir.
La diócesis de Milán informó que la religiosa italiana fue asesinada la semana pasada “durante una agresión armada, probablemente con intento de robo” en Puerto Príncipe.
Previo al Ángelus del 26 de junio, ante una plaza San Pedro colmada de fieles, el Santo Padre se solidarizó con la familia de la víctima y destacó que ella llevaba unos 20 años viviendo en Haití, dedicada a ayudar sobre todo a los niños de la calle.
“Rezo por el pueblo haitiano, especialmente los más pequeños, para que tengan un futuro más sereno, sin miseria y sin violencia”, manifestó el vicario de Cristo.
Dell’Orto “entregó su vida a los demás, al punto de alcanzar el martirio”, subrayó el Pontífice.
“ABANDONAR LA VIOLENCIA”
Francisco repudió los hechos en Ecuador, donde surgieron protestas violentas e intentos de destituir al presidente de ese país.
“Soy cercano a ese pueblo y llamo a todas las partes a abandonar la violencia y las posiciones extremas”, declaró.
“Aprendamos: solo mediante el diálogo se podrá encontrar, espero pronto, la paz social, con particular atención a la población marginada y a los más pobres, pero siempre respetando los derechos de todos y las instituciones del país”, señaló.
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