El Santo Padre en su mensaje para la 57° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, pidió a los periodistas que “desarrollen su profesión como una misión”.
El Papa publicó hoy su tradicional mensaje en el marco de la 57° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales —que en algunos países se celebrará el 21 de mayo— que tiene por lema "Hablar con el corazón: Según la verdad en la caridad” (Ef 4,15).
El Santo Padre explicó, en alusión al enunciado, que “es el corazón el que nos mueve a ir, ver y escuchar; y es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora”.
Asimismo, indicó que “no debemos tener miedo a proclamar la verdad, aunque a veces sea incómoda; solo escuchando y hablando con un corazón puro podemos ver más allá de las apariencias y superar los ruidos confusos que, también en el campo de la información, no nos ayudan a discernir en la complejidad del mundo en que vivimos”.
CORAZÓN AMABLE
El primer paso para una buena comunicación es, para Francisco, “comunicar cordialmente”: “Quien nos lee o nos escucha capta nuestra participación en las alegrías y los miedos, en las esperanzas y en los sufrimientos de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo. Quien habla así quiere bien al otro, porque se preocupa por él y custodia su libertad sin violarla”.
El Obispo de Roma subrayó lo importante que es “ser amable” en estos tiempos de polarización: “La necesitamos en el ámbito de los medios para que la comunicación no fomente el rencor que exaspera, genera rabia y lleva al enfrentamiento, sino que ayude a las personas a reflexionar con calma, a descifrar, con espíritu crítico y siempre respetuoso, la realidad en la que viven”.
COMUNICACIÓN GUIADA POR EL ESPÍRITU SANTO
El Pontífice pidió a la Iglesia “una comunicación que encienda los corazones, que sea bálsamo sobre las heridas e ilumine el camino de los hermanos y de las hermanas. Sueño una comunicación eclesial que sepa dejarse guiar por el Espíritu Santo, amable y, al mismo tiempo, profética; que sepa encontrar nuevas formas y modalidades para el maravilloso anuncio que está llamada a dar en el tercer milenio. Una comunicación que ponga en el centro la relación con Dios y con el prójimo, especialmente con el más necesitado, y que sepa encender el fuego de la fe en vez de preservar las cenizas de una identidad autorreferencial. Una comunicación cuyas bases sean la humildad en el escuchar y la parresia en el hablar; que no separe nunca la verdad de la caridad”.
CULTURA DE LA PAZ
El Santo Padre no desaprovechó la ocasión para recordar el drama de la guerra: “Hablar con el corazón es hoy muy necesario para promover una cultura de paz allí donde hay guerra; para abrir senderos que permitan el diálogo y la reconciliación, allí donde el odio y la enemistad causan estragos. En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil”.
Por último, el pontífice pidió “un esfuerzo” a los periodistas: “Del corazón brotan las palabras capaces de disipar las sombras de un mundo cerrado y dividido, para edificar una civilización mejor que la que hemos recibido. Es un esfuerzo que se nos pide a cada uno de nosotros, pero que apela especialmente al sentido de responsabilidad de los operadores de la comunicación, a fin de que desarrollen su profesión como una misión”.
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