Según documentos históricos de misioneros jesuitas el fútbol es una herencia guaraní. Jules Rimet, creador de la Copa del Mundo, interpelado por León XIII organiza una fundación para ayudar a los pobres y luego funda un club con el fin de incluir a las personas de todas las clases sociales. Artista paraguaya exhibe su "Arte-Mundial" en Qatar.
Guaraníes. De las Reducciones jesuíticas a la Copa del Mundo.
Luego de una larga espera —cuatro años y medio en esta ocasión— y después de atravesar una pandemia que encerró durante dos años a miles de millones de personas en el planeta, comenzó la fiebre del torneo más popular: la Copa Mundial FIFA Qatar 2022.
Para llegar a la cita máxima hubo un inicio, que en principio se lo relación con la dinastía Maya, pero luego de mucho tiempo de investigación el L'Osservatore Romano hace unos años reveló “el dato” que, avalado por documentos históricos, causó un verdadero revuelo: los Guaraníes, a mediados del 1600, y antes que los españoles, portugueses, y por supuesto, los ingleses, ya jugaban al fútbol, o por lo menos algo muy parecido a éste.
Los jesuitas expulsados del Paraguay divulgaron en ese entonces que los indios de los pueblos misioneros entre otras destrezas, como las de ser buenos guerreros y artesanos, eran también excelentes "futbolistas".
El padre Bartomeu Melià sj (1932-2019), reconocido antropólogo e investigador, se encargó de difundir en Paraguay fragmentos de históricos manuscritos de jesuitas como José Cardiel y José Manuel Peramás, quienes pasaron parte de sus vidas en las reducciones antes de ser expulsados de éstas tierras.
"Después de la misa se reparten la faenas de toda la semana, y se van a comer y a jugar a la pelota, que es casi su único juego. Tiran la pelota un poco en alto, y la arrojan con el empeine del pie del mismo modo que nosotros con la mano; y al volverla los contrarios lo hacen también con el pie, lo demás es falta..." describe Cardiel, en el libro “Las misiones del Paraguay” (Madrid, Historia 16, 1989, p. 135), y que es retomado por Melià en su investigación.
Bartomeu Melià, jesuita y antropólogo español que se instaló en Paraguay en 1954, donde comenzó sus estudios de lengua y cultura guaraní con el padre Antonio Guash. Falleció en 2019.
OTRO ESTILO, LA MISMA ESCENCIA
"Era una especie de tenis de pie, y como menciona Cardiel, incluso había hinchada, porque mucha gente se reunía para ver el juego. Y como no se manejaba dinero en las reducciones, seguramente se apostaba una flecha, plumas apreciadas, quizás un anzuelo o yerba mate", explicó Bartomeu en diálogo con el semanario católico Cristo Hoy en 2010.
En esa charla el sacerdote jesuita expuso unos apuntes de otro misionero de la Compañía de Jesús, el padre José Manuel Peramás, exiliado en Italia después de su expulsión del Paraguay. El documento, según mencionó Bartomeu, data de 1793 y fue escrito en latín.
"Sobre el juego de pelota Paramás relata lo siguiente: 'Los Guaraníes jugaban también a la pelota, una pelota de goma compacta, tan botadora y ligera, que recibido un primer impulso, sigue dando botes por mucho tiempo sin pararse y sin conocer pausa ni descanso, repitiendo al caer por su propio peso los grande saltos’. Entonces vemos que ese fue el fútbol de los Guaraníes, con el pie, aunque no con las reglas de hoy en día, era, probablemente, como una especie de tenis en que la pelota iba y volvía, en donde la falta sería echar fuera del área, o no llegar al área del otro, o no equivocarse, ellos no tenían arco", manifestó Bartomeu Melià.
REVELACIONES
El manuscrito original de Cardiel es de 1771, cuando ya estaba exiliado en Italia y recordaba con nostalgia a sus queridos Guaraníes.
Sin embargo, antes que éste religioso, y gracias a sus investigaciones lingüísticas, el padre Antonio Ruiz de Montoya reveló a mediados del 1600 la existencia de la práctica del juego de pelota con los pies, muy difundida por los nativos.
En su texto “Tesoro de la lengua guaraní”, impreso en Madrid en 1639, este misionero habla ya de las pelotas de juego y de qué materia se hacían. "Aquí tenemos algunos datos, por ejemplo, él habló del Mangaí que es un árbol que da las pelotas que dicen tener un tipo de caucho; eran macizas pero livianas, que saltaban mucho. Manga'a, es la fruta del mangaí, y Mangaisy, la resina de la hacen las pelotas, o sea eran pelotas de caucho", explicó Bartomeu.
Ruinas jesuíticas.
En el “Vocabulario”, escrito por el mismo autor, que salió a luz al año siguiente, en 1640, se tienen otras informaciones: "Pelota para jugar: manga; pelotear: ambojevyjevy manga imombóka; botar la pelota: amombo mangaysy".
"La particularidad es que Montoya no está inventando algo, simplemente recoge lo que ya es una práctica. Es decir, que el juego de la pelota con el pie se jugaba antes de la llegada de los españoles, por lo tanto tampoco es un deporte introducido por los jesuitas en los pueblos", afirmó Melià.
DE TIERRAS GUARANÍES A GRAN BRETAÑA
Lo que hoy se conoce como fútbol se empezó a jugar en los colegios ingleses a partir del siglo XVII, pero la primera reglamentación sería la de Cambridge en 1846 y la primera Football Association (FA), de Londres, sólo apareció en 1863. La FIFA se creó en París en 1904. Todas más recientes que las que documentan el fútbol de los Guaraníes.
REDUCCIONES REVOLUCIONARIAS
El padre Melià también resaltó que en las reducciones se tenían prácticas revolucionarias para aquel tiempo, como lo que hoy se conoce "merienda escolar", un sistema cooperativo de ayuda y distribución de bienes, apoyo alimenticio y sistemas controlados de cultivo.
"Al empezar el día tenían la misa, a la cual asistían todos. Para los niños y niñas había lo que hoy llamamos merienda escolar: tenían un desayuno almuerzo que le daba fuerza para todo el día. Los niños se iban al campo a ayudar y llevaban una estatuita de san Isidro. Asimismo por persona se les daba hasta 4 kilos de carne por semana. Por esto, en distintas excavaciones se encontraron innumerables huesos de vacas, porque había mucho consumo", señaló.
A esto el sacerdote, perteneciente a la misma congregación de los primeros misioneros del Paraguay, también mencionó el espíritu comunitario que tenían los nativos y el denominado "potyró", que era como el inicio del cooperativismo moderno.
"Potyró significa 'todas las manos'. Entonces, el trabajo comunitario era cosa normal, pero también tenían sus chacras particulares, y también estaban los perezosos, por eso habían los fiscales que debían controlar si estaban cultivando, porque a veces en vez de plantar las semillas, se las comían", relató.
VALORACIÓN DE LA CULTURA
El padre Melià aseguró que en las reducciones de los misioneros, la metodología no era imponer, sino rescatar y potenciar las características culturales de los nativos, en beneficio de toda la comunidad.
Eso se vio también en lo referente al juego con la pelota, que no fue suprimido sino valorado.
"Los jesuitas no impusieron cosas, las potenciaron. Se dieron cuenta que la lengua guaraní era un rasgo de identidad que había que conservar; el trabajo, tipo minga, el topyró, no solo lo conservaron sino que también lo incentivaron, y la distribución de los recursos, de los alimentos, se hizo con una palabra que en Paraguay todavía la conocemos, jopoi, pero era aplicado durante todo el año, no solo en momentos especiales, era todos los días, era la sociedad del jopoi", expresó.
"HA SIDO LA SOCIEDAD MÁS FELIZ Y DIVERTIDA"
Al ser consultado sobre los comentarios difundidos en medios de prensa, que hacían referencia a que resultaba "extraño" que en las reducciones los Guaraníes pudieran divertirse y practicar "deportes", ya que consideraban que estaban bajo un régimen de sometimiento, el padre Bartomeu Meliá señaló: "La sociedad más feliz y divertida ha sido la de las Reducciones Jesuíticas. Todos los domingos o había fútbol o teatro, o incluso ópera. En un mes hasta hacían tres óperas diferentes; claro eran sencillas y religiosas, sobre la vida de san Ignacio, por ejemplo. La música que hoy escuchamos como concierto, pues era ordinaria todos los domingos en estas comunidades".
¿QUÉ FUERON LAS REDUCCIONES?
El padre Antonio Ruiz de Montoya, uno de los más importantes fundadores de las Reducciones, en su libro "Conquista Espiritual" señala: "Nosotros llamamos Reducciones a los pueblos indígenas que vivían -según una antigua costumbre de ellos- en las montañas, en grupos pequeños de dos o tres personas o poco más, con mucha distancia entre ellos, y que en cambio, por la labor de los Padres, lograron reunirse hasta formar aldeas donde poder empezar las primeras formas de vida asociada, también desde el punto de vista político. La palabra ‘reducción’ deriva del verbo español ‘reducir’, usado en el sentido de ‘convencer’: los indígenas de hecho fueron convencidos a abandonar la condición de vida solitaria y nómada por un tipo de vida estable y comunitaria, aunque siempre libre".
En base a este escrito, la interpretación más exacta de la palabra Reducción es la de comunidad.
Reducciones ubicadas en el actual territorio de Paraguay, San Ignacio Guazú, Santa María de Fe, Santa Rosa, Santiago, San Cosme y Damián, Jesús, Santísima Trinidad.
MUNDIAL CATÓLICO
Jules Rimet, creador de la Copa del Mundo.
En estas horas dio inicio a la edición XXII de la Copa Mundial de la FIFA, fundada por el católico francés Jules Rimet (1873-1956) en 1930, torneo que se disputó por primera vez en Uruguay.
Según informó el Catholic Herald, un joven Rimet se sintió interpelado en 1891 por la encíclica Rerum novarum de León XIII, y junto a sus amigos, compartiendo la preocupación del Santo Padre por las clases trabajadoras y la falta de reformas laborales, fundaron una organización para brindar asistencia social y médica a los más pobres.
Fiel a sus convicciones y valores cristianos consideró que el deporte era propicio para la inclusión de personas sin importar la raza o clase social, por lo que a sus 24 años de edad fundó el club Red Star.
En ese entonces, el fútbol era aún menospreciado porque se le consideraba un deporte propio de la clase baja y de los ingleses. Sin embargo, Rimet decidió incluirlo en su club.
En 1904 el abogado francés ayudó a fundar la Fédération Internationale de Football Association (Federación Internacional de Fútbol Asociación o FIFA). Quiso organizar un torneo internacional, pero el inicio de la Primera Guerra Mundial retrasó sus planes.
De 1930 a 1970 el campeón de la Copa del Mundo recibía el trofeo Jules Rimet.
Tras el final de la guerra, Rimet se convirtió en presidente de la FIFA en 1921 y permaneció 33 años en el cargo, el periodo de mandato más largo en la historia de la federación.
Sus ideales sobre el deporte lo motivaron a crear en 1928 la Copa del Mundo, que se jugó dos años después por primera vez en Uruguay. Jules Rimet trasladó consigo a Sudamérica el trofeo que llevó su nombre hasta 1970, cuando el diseño de la copa fue cambiado por el que se entrega hasta la actualidad.
En el libro “Una Historia del Fútbol en 100 Objetos”, Yves Rimet, su nieto, lo recordó como un “humanista e idealista, quien creía que el deporte podía unir al mundo. Comparado con la gente de su tiempo, él se dio cuenta de que para ser verdaderamente democrático y para comprometer realmente a las masas, el deporte internacional debía ser profesional”.
FÚTBOL ARTE
La paraguaya Lili Cantero está presente en el Mundial de Qatar 2022 a través de la colección artística “8 Estadios, 8 Campeones, un sueño: Qatar 2022”.
La muestra, que pretende fusionar la historia de los mundiales en sus únicos ocho campeones, tiene detalles decorativos de los fastuosos estadios del torneo, así como de sus jugadores y equipos más codiciados. “Vamos a estar exhibiendo 25 obras en total que consisten en botines, pelotas de fútbol, también lienzos y estructuras 3D”, informó Cantero de 29 años de edad.
La exposición cuenta con el apoyo de la embajada de Paraguay en Qatar, y con la colaboración del Centro Cultural Katara, en la capital Catarí.
Mientras que las pelotas de fútbol pintadas a mano son el centro de la muestra, los botines adornados se presentarán dentro de una pantalla en 3D que las proyecta sobre representaciones de los estadios de Qatar.
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