Revolvía basura en Filipinas, lo rescataron de la calle, una enfermedad muscular degenerativa le cambió la vida pero la tomó como una misión para llegar a Jesús. Ahora está a un paso de la beatificación.
La vida de Darwin Ramos no fue sencilla, pero él la transitó aferrada a Dios.
Una gran luz que desciende hacía la persona… Podría ser un ejemplo de la conversión de alguien en un cuento de Ray Bradbury, pero no es tan lineal porque Dios aparece en los lugares menos pensados.
Un san Agustín incrédulo con la fe tuvo su encuentro, luego de un largo tiempo, a través de una Biblia que tenía al lado de su cama y sintió la necesidad de leerla. San Ignacio de Loyola, gran militar español, sufrió una grave herida producida por una bala de cañón que lo mantuvo postrado por un tiempo, por lo que pidió libros de caballería para entretenerse, pero en cambió le acercaron publicaciones de vida de santos, lo que hizo mella en él y lo acercó a Cristo.
LOS CAMINO DE DIOS
Darwin Ramos (1994-2012) recorría las calles de Pasay (Filipinas) pidiendo limosna y revolvía los basureros para poder alimentarse, sitios donde muchas veces sintió que era invisible.
A los 10 años de edad su vida daría un giro de 180 grados: le descubren una enfermedad muscular degenerativa que de a poco lo llevaría a vivir en una silla de ruedas.
Darwin Ramos siempre entregó su enfermedad a Jesús.
Miembros de la Fundación ANAK-TNK, que ya lo habían visto pidiendo limosna en la estación terminal, lo llevaron en 2006 a uno de sus centros en Manila donde en cinco meses descubrió la fe católica y decidió bautizarse, para un año después recibir la Primera Comunión y el Sacramento de la Confirmación.
ENTREGADO A DIOS
Mientras que su devoción y amor al Señor crecía, también avanzaba su enfermedad que le producía muchísimo dolor, pero que no exteriorizaba, por el contrario, se lo entregaba a Dios y tomaba su dolencia como una “misión”.
Entre los tratamientos a los que era inducido, siempre dejaba un espacio para la oración. Los voluntarios de la entidad que estaban con él siempre se sorprendieron con que alegría y paz aceptó todos estos sufrimientos.
“Mi enfermedad es una misión, me ayuda a conocer mejor a Jesús, en la Verdad. Creer en ella es lo mejor que me paso, aprender a confiar en Él y a creer en Él… en Dios, en Jesús“, destacó Darwin sobre su discapacidad.
Su misión culminó el 23 de septiembre de 2012. Después de una semana de batalla física y espiritual, falleció en el Philippine Children's Medical Center (PCMC) de Quezón City, donde según narraron quienes lo acompañaron, estuvo tranquilo y sonriente durante ese tiempo.
DE LA CALLE AL ALTAR
El Papa Francisco aprobó en 2019 la apertura de la causa de canonización de Ramos, por lo que fue nombrado siervo de Dios.
La causa fue postulada por el dominico francés Thomás Gabory ante el tribunal diocesano de Cubao, territorio eclesial sufragáneo de Manila.
El obispo local monseñor Honesto Ongtioco, inició el proceso a pedido de la Asociación Amigos de Darwin Ramos, e indicó que deben “investigar en mayor profundidad su vida, cómo vivió su fe y cómo dio testimonio de Jesús, de quien estaba muy cerca”.
Darwin Ramos el joven que fue rescatado de la calle por Jesús para sanar sus heridas.
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