A 46 años de su fallecimiento, honramos la memoria de Arsenio Erico, cuyo legado no sólo se encuentra en el fútbol, sino también en su sólida formación salesiana y su dedicación a la caridad.
Arsenio Erico (1915-1977) es el máximo goleador del fútbol argentino.
Hace 46 años, la noticia de la muerte de Arsenio Erico sacudió a los amantes del fútbol. "¡Se siente, se siente, Erico está presente!", era el canto que resonaba al lado del puente internacional San Roque González, que comunica Argentina con Encarnación, entonado por simpatizantes de ambas nacionalidades cuando en 2010 repatriaron, después de más de tres décadas, los restos del “saltarín”.
SALESIANOS Y FÚTBOL: LA FORJA DE UN ÍDOLO
La formación de Erico no fue sólo en el campo deportivo, sino también en el ámbito de la fe y la solidaridad, forjada en los oratorios festivos de los padres salesianos de Paraguay. Su talento comenzó a brillar en las canchas de tierra roja de Asunción, bajo la tutela del sacerdote Ernesto Pérez Acosta, conocido como Pa’í Pérez, capellán del Chaco Paraguayo y emblemática figura en la formación de jóvenes deportistas.
El padre Ernesto Pérez Acosta (1889-1977), conocido como Pa'i Pérez, junto a Arsenio Erico. El sacerdote salesiano fue capellán en la guerra del Chaco y formador de juventudes.
EL LEGADO DE ERICO EN ARGENTINA
En la Argentina de los años 30 y 40, una nación inmersa en profundos cambios sociales y políticos, la figura de Erico brilló en el firmamento del fútbol.
En sus dos periodos en Independiente de Avellaneda (1934-1942 y 1943-1947), disputó 325 partidos y convirtió 293 goles, cifra que aún hoy lo sitúa como el máximo goleador de la historia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
EL HOMBRE DETRÁS DEL ÍDOLO
Pero Erico fue mucho más que un futbolista excepcional. La formación cristiana y humana recibida de los salesianos se reflejó en su carácter y sus acciones. Fue un hombre de profunda fe y generosidad, destacándose por su notable gesto de renunciar al monto de su transferencia a Independiente y donarlo a la Cruz Roja Paraguaya para atender a los heridos del conflicto entre Paraguay y Bolivia.
Este acto de solidaridad marcó a Erico como un modelo a seguir, un ejemplo de cómo la grandeza deportiva puede ir de la mano con la grandeza humana.
El por entonces presidente de Conmebol Juan Ángel Napout recibió los restos de Arsenio Erico en 2010.
UN HOMENAJE PENDIENTE
A pesar de la relevancia de los salesianos en la formación de Erico, su contribución no fue debidamente reconocida durante la ceremonia de repatriación de sus restos.
Es vital recordar y honrar la labor de esta orden en la formación de jóvenes paraguayos, y su papel en la vida de Erico.
LA LEYENDA DE ERICO PERDURA
El legado de Arsenio Erico trasciende las canchas de fútbol. Su formación salesiana, fe y solidaridad, junto con su talento deportivo, lo convierten en una figura íntegra y admirable. A 46 años de su fallecimiento, su memoria sigue viva, recordándonos que los verdaderos ídolos son aquellos que dejan huella tanto dentro como fuera del campo de juego.
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