Francisco visitó Québec, se reunió con los pueblos nativos y autoridades civiles, y reiteró su pedido de perdón por los abusos cometidos por la Iglesia en las escuelas residenciales. "Que el mal sufrido por los pueblos indígenas nos sirva de advertencia hoy", subrayó.
El jefe de una comunidad indígena le hace entrega de un presente al Santo Padre.
“Renuevo mi petición de perdón por el mal que tantos cristianos cometieron contra los pueblos indígenas”, manifestó el Papa Francisco ayer ante las autoridades civiles, representantes aborígenes y el Cuerpo Diplomático, reunidos en la Citadelle de Québec, en su cuarto día de la visita pastoral que realiza en Canadá hasta el 29 de julio.
El Sumo Pontífice llevó a cabo el miércoles 27 el primer viaje, de los dos pautados dentro del país —el segundo lo hará mañana a Iqaluit—, en el que se trasladó desde Edmonton hasta Québec donde arribó alrededor de las 16 (hora local) y fue recibido por miembros de los pueblos nativos, la gobernadora general Mary Simon y el primer ministro Justin Trudeau.
"Debemos promover los derechos legítimos de los pueblos originarios y fomentar procesos de sanación y reconciliación entre ellos y los no indígenas del país." (Papa Francisco)
Luego marchó rumbo a la Citadelle: allí mantuvo audiencias privadas con Simon y Trudeau. Después en un salón de conferencias brindó un discurso para los pueblos originarios y las autoridades eclesiásticas y civiles.
La gobernadora general Mary Simon recibe al Papa Francisco en la Citadelle de Québec.
POBREZA EN UN PAÍS RICO
"Sólo trabajando juntos, mano a mano, es como podemos hacer frente a los apremiantes retos de hoy", aseguró el Pontífice ante un auditorio repleto.
En la primera misa celebrada en Canadá, el martes 26, el sucesor de Pedro indicó, soslayadamente, que en un país rico observó mucha pobreza.
Esa afirmación la reiteró en el discurso de ayer, pero en esta oportunidad ante Justin Trudeau que escuchó atentamente cuando el Papa calificó de “escandaloso” que la riqueza generada por el desarrollo económico “no beneficie a todos los sectores de la sociedad”, siendo los más perjudicados “los nativos donde se registran a menudo muchos índices de pobreza, a los que se unen otros indicadores negativos, como la baja escolarización, el no fácil acceso a la vivienda y a la asistencia sanitaria”.
Asimismo, indicó que en estos últimos días numerosas personas necesitadas llamaron a las puertas de las parroquias para tratar de cubrir sus necesidades básicas. “Incluso en un país tan desarrollado y avanzado como Canadá, que dedica mucha atención a la asistencia social, no son pocos los indigentes que dependen de las iglesias y los bancos de alimentos para obtener la ayuda y el apoyo básicos, que —no lo olvidemos— no son sólo materiales”, aseguró.
Exhortó a las autoridades y a la sociedad a trabajar urgentemente para remediar la radical injusticia que existe, no solo en Canadá, sino en el mundo, a causa de la cual la abundancia de los dones de la creación se distribuye de forma demasiado desigual.
EL PERDÓN NO ES SUFICIENTE
Discurso de Justin Trudeau.
Trudeau, un católico cuyo padre, Pierre Trudeau, fue primer ministro cuando aún funcionaban las últimas escuelas residenciales cristianas en las que se abusó de los niños indígenas que allí vivían, insistió en que la Iglesia católica, como institución, carga culpa y debe hacer más para expiarla.
En palabras pronunciadas ante Francisco, Trudeau subrayó que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá solicitó en 2015 que el Papa ofreciera una disculpa en suelo canadiense y que la visita “no habría sido posible sin el valor y la perseverancia” de los sobrevivientes de las Naciones Originarias, Inuit y Metis, que viajaron al Vaticano hace algunos meses.
“Que el mal sufrido por los pueblos indígenas nos sirva de advertencia hoy, para que no se deje de lado el cuidado y los derechos de la familia en nombre de eventuales necesidades productivas e intereses individuales.” (Papa Francisco)
“Disculpa por el papel que la Iglesia católica, como institución, tuvo en el maltrato, en el abuso espiritual, cultural, emocional, físico y sexual que sufrieron los niños indígenas en los internados dirigidos por la Iglesia”, declaró Trudeau.
El gobierno canadiense ya se disculpó por su papel en el legado de las escuelas. En 2008, el entonces primer ministro Stephen Harper pronunció en el Parlamento una disculpa formal por los internados, diciendo que eran un capítulo triste en la historia canadiense y haciendo notar que la política de asimilación forzosa causó grandes daños.
Fotografía de protocolo del encuentro privado entre Mary Simon y Francisco.
Después de las palabras del Primer Ministro, el vicario de Cristo expresó su dolor por las “políticas de asimilación y desvinculación, que incluían el sistema de escuelas residenciales” y el grave daño que causaron “a muchas familias indígenas, minusvalorando su lengua, su cultura y su visión del mundo”.
En ese sentido, calificó de “deplorable” el sistema promovido por las autoridades gubernamentales de la época en el que “estuvieron involucradas varias instituciones católicas locales”, por lo que expresó vergüenza y dolor y, junto con los obispos de este país, renovó su pedido de perdón “por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas”. “Es trágico cuando algunos creyentes, como ocurrió en ese período histórico, no se adecuan al Evangelio sino a las conveniencias del mundo”, sostuvo.
“Si la fe cristiana desempeñó un papel esencial en la conformación de los más altos ideales de Canadá, caracterizados por el deseo de construir un país mejor para todos sus habitantes, es necesario, admitiendo las propias faltas, comprometerse juntos a realizar aquello que sé que todos ustedes comparten: promover los derechos legítimos de los pueblos originarios y fomentar procesos de sanación y reconciliación entre ellos y los no indígenas del país”, subrayó Jorge Bergoglio.
PROMOCIÓN DE LAS CULTURAS INDÍGENAS
Momento del ingreso del Papa a la Citadelle.
El Santo Padre, en otro momento de su alocución dijo que la Santa Sede y las comunidades católicas locales mantienen una voluntad concreta respecto a la promoción de las culturas indígenas, con caminos espirituales específicos y apropiados, que incluyan la atención a sus tradiciones culturales, costumbres, lenguas y procesos educativos propios, en el espíritu de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
“Es nuestro deseo renovar la relación entre la Iglesia y los pueblos indígenas de Canadá, una relación marcada tanto por un amor que dio grandes frutos como también, lamentablemente, por heridas que nos estamos esforzando en comprender y sanar”, destacó.
LA FAMILIA, FUNDAMENTAL
Francisco resaltó el rico follaje multicolor de los árboles de arce que recuerdan la importancia de la totalidad, de promover comunidades humanas que no uniformen, sino que sean realmente abiertas e inclusivas.
Y así como cada hoja es esencial para enriquecer el follaje, también cada familia, célula fundamental de la sociedad, debe ser valorada, porque “el futuro de la humanidad se fragua en la familia”.
Bergoglio señaló que la célula básica de la sociedad actualmente se ve amenazada por muchos factores, por falta de valores, y que los pueblos originarios “tienen mucho que enseñarnos sobre el cuidado y la protección de la familia, donde ya desde niños se aprende a reconocer lo que está bien y lo que está mal, a decir la verdad, a compartir, a corregir los errores, a empezar de nuevo, a darse ánimo, a reconciliarse”.
“Que el mal sufrido por los pueblos indígenas nos sirva de advertencia hoy, para que no se deje de lado el cuidado y los derechos de la familia en nombre de eventuales necesidades productivas e intereses individuales”, subrayó el Papa.
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