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El Papa Francisco murió por un derrame cerebral y un colapso cardíaco irreversible

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 21 abr
  • 1 Min. de lectura
El acta oficial del Vaticano reveló las causas del fallecimiento del Pontífice: un ictus fulminante, coma profundo y colapso total del sistema cardiovascular.
Papa con los enfermos
Francisco al lado del necesitado.

Un silencio sagrado envolvió la Casa Santa Marta a las 7:35 de la mañana del lunes 21 de abril. Francisco, el hombre que hizo temblar al mundo con su Evangelio de ternura y coraje, regresó a la Casa del Padre. La causa: un ictus cerebral masivo seguido de un colapso cardiovascular irreversible, según confirmó el profesor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano.


El informe médico, divulgado esta tarde por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, sacudió al planeta. No se trató de una muerte inesperada, pero sí de un adiós que desgarra. El documento señala que Jorge Mario Bergoglio, de 88 años de edad, padecía múltiples afecciones previas: insuficiencia respiratoria aguda por neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias, hipertensión y diabetes tipo II. Una tormenta perfecta para un cuerpo cansado, pero un alma inmensa.

Pedro Kriskovich

Fue un electrocardiograma tanatológico el que confirmó la muerte. Las palabras del doctor Arcangeli fueron tajantes: “Declaro que las causas de la muerte, según mi conocimiento y conciencia, son las indicadas”.


Murió como vivió: en silencio, sin cámaras, sin espectáculo. Solo, como Jesús en Getsemaní. Pero el eco de su vida retumba: el Papa que abrazó a los descartados, que desafió a los poderosos y que no se calló ante la injusticia, nos deja un legado que no cabe en ningún informe médico.


Francisco no solo murió. Se sembró en la historia.

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