Francisco explicó, antes del Ángelus, la importancia de dejar de lado los apegos y cultivar la virtud del correrse en el momento oportuno.
La importancia de la libertad y la solidaridad, fueron los temas que abordó Francisco en su reflexión de esta mañana, antes del Ángelus, en base al Evangelio de hoy (Jn. 1, 29-34) que recoge el testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús después de haberlo bautizado en el río Jordán.
El Papa cuestionó, desde la ventana de su estudio en el Palacio Vaticano y ante una multitud congregada en la plaza San Pedro, si cada una de las personas es capaz de despojarse del ego para entregarse a los demás sin esperar gratitud, al tiempo de atraerlos hacía Jesús y no “hacia nosotros mismos”.
SERVIR AL PRÓJIMO
«A Él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo» (vv. 29-30). Tomando la frase de Juan el Bautista, el Santo Padre que esa declaración revela, desde los más profundo, su espíritu de servicio, porque fue enviado para preparar el camino al Mesías.
Desde la perspectiva humana, explicó el sucesor de Pedro, se podría esperar un premio o un puesto relevante al lado de Jesús para el Bautista por la labor realizada. Una vez cumplida su misión, no espera nada, no se queda, al contrario, da un paso al costado, se retira de la escena para dejar el sitio a Cristo. “Vio al Espíritu descender sobre Él (cfr. vv. 33-34), lo señaló como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y ahora se dispone a escucharlo humildemente”, destacó el Pontífice.
LIBERTAD
Juan el Bautista, afirmó el Obispo de Roma, predicó y reunió discípulos, y, sin embargo no ató a nadie a sí.
“Juan pone a sus discípulos sobre las huellas de Jesús. No está interesado a tener seguidores, a obtener prestigio y éxito, sino que presenta su testimonio y luego da un paso atrás para que muchos tengan la alegría de encontrar a Jesús”, subrayó.
Asimismo, el vicario de Cristo explicó que con ese espíritu de servicio Juan el Bautista enseña la importancia de libertad respecto a los apegos. “Sí, porque es fácil apegarse a roles y posiciones, a la necesidad de ser estimados, reconocidos y premiados”, expresó.
Liberarse de los apegos y hacerse a un lado cuesta señaló Francisco, pero es importante hacerlo siempre, en todo momento, en la amistad, en la vida de pareja, en la vida comunitaria: es el paso decisivo para crecer en el espíritu de servicio.
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