En el Evangelio de san Mateo 9, 36 - 10, 8, Jesús invita a reflexionar sobre la importancia de llevar la Buena Nueva a aquellos que más lo necesitan, extendiendo su amor y misericordia a través de nuestras acciones y palabras.
La compasión de Jesús hacia las multitudes nos inspira a llevar su amor a todos los rincones del mundo.
En este pasaje del Evangelio (Mt. 9,36 – 10,8), Jesús muestra compasión y amor por las multitudes que lo siguen. Él ve a las personas como ovejas sin pastor, perdidas y necesitadas de dirección. Es un recordatorio para nosotros de la importancia de ser compasivos y estar atentos a las necesidades espirituales y materiales de los demás.
Jesús también envía a sus discípulos a continuar su obra, dándoles autoridad para expulsar demonios, sanar enfermedades y predicar el Reino de los Cielos. Esta misión es un llamado a todos los discípulos de Jesús, incluido cada uno de nosotros, a compartir el amor y la salvación de Cristo con el mundo.
En nuestra vida diaria, podemos aplicar esta enseñanza buscando oportunidades para ser testigos del amor de Dios en palabras y acciones. Podemos ser portadores de esperanza para aquellos que están perdidos o desesperanzados, brindando consuelo, sanación y orientación espiritual.
Además, la lectura nos recuerda que esta tarea no es fácil y puede enfrentar desafíos y rechazos. Sin embargo, debemos perseverar y confiar en la gracia de Dios para cumplir nuestra misión. Al igual que los discípulos, podemos confiar en la autoridad y el poder que Jesús nos otorga para llevar su mensaje al mundo.
Que este pasaje del Evangelio nos inspire a ser discípulos valientes y compasivos de Jesús, dispuestos a llevar su amor y salvación a todos los rincones de nuestro mundo necesitado. Que podamos ser instrumentos de la paz y la reconciliación de Dios, siguiendo el ejemplo de Jesús y llevando esperanza a quienes más lo necesitan.
Que Dios nos bendiga y nos fortalezca en nuestra misión de ser sus testigos en el mundo. Amén.
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